UN RINCÓN VIRTUAL QUE OBSERVA LA REALIDAD CON OTROS OJOS...

domingo, 19 de febrero de 2017

PLANETA Y OTRAS EDITORIALES ESPAÑOLAS RECHAZARON PUBLICAR "EL LIBRO DE URANTIA"

José Manuel Lara Hernández, fundador de la editorial Planeta, rechazó en una carta fechada el 12-09-78 la posibilidad de publicar The Urantia Book en lengua española. Las razones esgrimidas por el presidente de Planeta fueron "en primer lugar, la enorme extensión de este original, más de dos mil páginas impresas en su original inglés, y en segundo, el carácter altamente especializado que tienen ese tipo de libros". Dicho documento epistolar, inédito hasta ahora, fue la respuesta recibida por Ignacio Darnaude Rojas-Marcos tras querer convencer a Lara de que se trataba de "una obra monumental, un ingente trabajo de enorme interés por sus implicaciones científicas, históricas, filosóficas y espirituales (...) Esta nueva superbiblia o especie de 'manual cosmológico' es completamente desconocido en España y en toda la América hispana, pues que sepamos nunca ha sido traducido a nuestra lengua". El intento fue infructuoso y Lara devolvió a Darnaude la documentación que remitió a Planeta, a pesar de que el dueño del imperio editorial admitió en su misiva que "los informes de mis asesores literarios coinciden contigo en que podría tratarse de un best-seller".

RESPUESTA DE JOSÉ MANUEL LARA A IGNACIO DARNAUDE (12-09-78)

Lo cierto es que el ufólogo sevillano estaba sumamente fascinado con The Urantia Book, título original de una densa obra presuntamente revelada por medio centenar de "jerarquías celestes" (con nombres como Consejero Divino, Perfeccionador de la Sabiduría, Melquisedec, Brillante Estrella Vespertina, Anciano de los Días, etc.) a un médium de Chicago entre los años 20 y 30 del pasado siglo (al parecer, bajo trance profundo y mediante psicografía, aunque es algo no confirmado). Dicha obra, de 2.097 páginas, es considerada por muchos como la primera y principal revelación divina desde la llegada de Cristo a nuestro planeta. El texto permaneció oculto dentro de un cofre depositado en una caja fuerte de un banco de Chicago. Se mantuvo en secreto hasta su publicación en 1955. El manuscrito encierra abundante información sobre distintas materias: cosmogonía, cosmología, física, teología, filosofía, metafísica, etc. 774 páginas están centradas en la vida de Cristo —cuyo nombre cósmico, según El Libro de Urantia, es Micael—, aportando aspectos desconocidos sobre su vida y misión. Data su nacimiento el 21 de agosto, a mediodía, del año 7 antes de nuestra era (razón por la que el escritor Juan José Benítez celebra la Navidad ese día). Por cierto, Urantia es el nombre que esas entidades suprahumanas dan a nuestro planeta (cuyo número, según el manuscrito, es el 606 dentro de un grupo planetario conocido como Satania, formado por 619 mundos imperfectos en evolución). Llama la atención de esta supuesta obra revelada no solo la originalidad de su estilo y la terminología empleada —abundan los neologismos—, sino el hecho de que cuestiona conceptos como la ley del karma, la reencarnación y las experiencias post-mortem. ¿Estamos, pues, ante la revelación más fabulosa y enigmática que existe, como creen muchos de sus lectores, o más bien se trata de "la tontería canalizada más grande y fantástica jamás encuadernada en un solo volumen", como apunta Martin Gardner?   

EDICIÓN ESPAÑOLA DE "EL LIBRO DE URANTIA" 

Darnaude siguió intentando atraer la atención de otras editoriales españolas, pero también se negaron a publicar El Libro de Urantia. Por ejemplo, Manuel Martínez, de la editorial Martínez Roca, respondió que, pese a ser un material muy interesante, "lamentablemente escapa a nuestras posibilidades y línea editorial". A su vez, Ute Körner, asesora literaria de la editorial Bruguera, devolvió a Darnaude las copias que envió para su posible traducción al español. "Lamentamos informarle que dicho material no es de nuestro interés", fue su tajante contestación. Darnaude buscó otras vías para conseguir El Libro de Urantia en castellano. Le llegaron rumores de que circulaba una edición aparecida en México. Y en abril de 1979 envió una circular a varias editoriales y librerías mexicanas. Ariel Rosales, director de la editorial Posada, que por entonces publicaba la revista Contactos Extraterrestres, le respondió en los siguientes términos: "Respecto a la información que nos pides sobre la traducción en español de El Libro de Urantia, debo decirte que es la primera noticia que tengo de que dicho libro se tradujo en México". Por su parte, Eva Somlo, directora de las Librerías Extemporáneos, contestó: "Desgraciadamente, no hemos podido conseguir ningún dato de El Libro de Urantia. Hemos preguntado a todas las personas que podrían conocer dicho título pero, hasta ahora, nadie sabe nada". Teófilo Arreola, gerente de la Editorial Diana, también lamentaba no disponer de dato alguno al respecto. "No tenemos ningún contacto con el que lo podamos relacionar a fin de adquirir informes sobre el texto El Libro de Urantia", respondió. Finalmente, la propia Fundación URANTIA se encargó de traducir la obra en español. Fue en junio de 1993.

RESPUESTA DE ARIEL ROSALES A IGNACIO DARNAUDE (19-04-79) 

PRESERVACIÓN Y COPYRIGHT

URANTIA Foundation (Fundación URANTIA) se creó el 11 de enero de 1950 con el fin de preservar intacto en perpetuidad el texto de El Libro de Urantia y ser asignada "con la responsabilidad de hacer disponible a todo el planeta el texto original de la revelación", según leemos en una circular de la propia Fundación del 28 de septiembre de 1999 (sus primeros miembros habían pertenecido al grupo denominado "El Foro", que se venían reuniendo desde principios de los años veinte todos los domingos por la tarde en casa del cirujano y psiquiatra William Samuel Sadler, con el propósito de leer y estudiar los textos revelados conforme los iba recibiendo el médium, cuya identidad siempre ha permanecido oculta).

A finales del siglo XX, ya existían unos 450.000 libros en circulación, aunque la mayoría en inglés (se vendían 30.000 libros por año, 10.000 de ellos en español). La Fundación, que contaba desde los años cincuenta con los registros internacionales de los derechos de autor del libro, pretendía traducirlo a numerosas lenguas para que toda la población mundial pudiera tener acceso a dicha revelación (se planea que en 2030 el libro esté disponible en 60 idiomas). "Se trata de un proyecto global. La gente de los Estados Unidos ha sido bendecida por ser la primera en recibir El Libro de Urantia, pero el mundo está lleno de almas perdidas y hambrientas ansiando sus salvadoras enseñanzas", señalaban los fideicomisarios de la Fundación. Para contribuir a esta iniciativa, se creó la Asociación Internacional URANTIA, un grupo fraternal mundial constituido para ayudar a la Fundación en la diseminación de las enseñanzas de El Libro de Urantia, que vio la luz por primera vez el 12 de octubre de 1955 (según ciertas fuentes, estaba previsto publicarse unos años antes, pero la Segunda Guerra Mundial lo impidió).

La Fundación, con sede en el 533 Diversey Parkway de Chicago, no lo ha tenido nada fácil a la hora de luchar por el mantenimiento del copyright de la obra. Siempre ha remarcado que "sin derechos de autor, la gente tendría la libertad de distorsionar y disgregar el texto original antes de que haya tenido la oportunidad de cimentarse en el mundo con su significado original, antes de que traducciones precisas y fluidas se hayan completado y hecho disponibles. Si se distribuyen prematuramente versiones parciales del libro a las culturas del mundo, el mensaje completo de la revelación será distorsionado (...) La Fundación desea asegurar que las palabras son conservadas intactas de tal manera que las generaciones futuras las tendrán como fueron presentadas a nosotros, no de una manera fragmentada, distorsionada o disgregada".     

PUBLICACIONES RELACIONADAS CON "EL LIBRO DE URANTIA"

Sin embargo, el 10 de febrero de 1995, el Distrito Judicial de Arizona determinó durante el pleito de la Fundación contra Kristen Maaherra que la citada entidad no tiene la propiedad literaria válida en cuanto al texto de El Libro de Urantia. Maaherra había transferido el texto de El Libro de Urantia a un ordenador y lo había distribuido masivamente de forma gratuita. Se esperaba, pues, que la obra fuese de dominio público, pero la Fundación apeló, y el 10 de junio de 1997, el tribunal falló a favor de la devolución de la propiedad de los derechos de autor a la Fundación, que permanecerá en vigor hasta el año 2050. Sin embargo, la agrupación The Fellowship (La Confraternidad), compuesta por lectores de la obra revelada, aprovechando la primera sentencia judicial, publicó The Urantia Book sin avisar a la Fundación. Hubo varios litigios, aunque finalmente, en una reunión celebrada en 1998 por representantes de la Fundación y de The Fellowship, se pudo establecer una relación de cooperación entre ambos grupos. Aun así, al año siguiente, un tal Harry McMullan III, miembro de The Fellowship, sacó a la luz parte del contenido de El Libro de Urantia —exactamente los documentos 121 al 196— en una obra que tituló Jesús: una nueva revelación, generando mucho malestar entre los miembros de la Fundación, que calificó el texto como "ilegal". The Fellowship declaró no estar involucrado en el asunto, asegurando que fue una decisión exclusivamente privada de McMullan. No obstante, aquello desató cierta tensión que afectó a la unidad de ambos colectivos.
      
Sea como fuere, las batallas legales no cesaron... Así, el 6 de octubre de 2003 concluyó el último litigio cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos declinó escuchar otra apelación de la Fundación que buscaba anular la decisión de los tribunales inferiores de que la solicitud de renovación de derechos de autor de 1983 de la Fundación (edición en inglés) resultaba inválido y, por tanto, nulo. Irrevocablemente, el texto original en inglés ya es de dominio público. De hecho, está disponible gratuitamente y cualquiera puede descargarlo. Sin embargo, la Fundación aún posee el copyright de las traducciones, que no expiran hasta cincuenta años después de la fecha de publicación. Estos procesos judiciales han dividido a la comunidad de seguidores del Libro de Urantia, conocidos como urantianos, unos a favor del copyright y otros en contra.     
    
"URANTIÓLOGOS" EN ESPAÑA

En nuestro país, El Libro de Urantia atrajo enseguida la atención de diversos estudiosos de los enigmas como Enrique de Vicente, Juan José Benítez, Antonio Ribera, Pedro Valverde, José Luis Hermida, etc. Algunos, como Pedro Valverde, ya habían conseguido en los años sesenta la edición francesa, titulada La Cosmogonie d'Urantia. Sabemos que Valverde impartió en 1976 la primera conferencia sobre el tema, atrayendo a mucha gente. Y parece ser que el primer artículo publicado en nuestro país al respecto fue La Cosmogonía de Urantia, un asunto insólito, firmado por Màrius Lleget. Vio la luz en la revista Karma-7 (nº 113, abril 1982). Se acompañó de una "Nota de la Redacción". Ambos textos presentaban tal cantidad de errores, que enojó sobremanera al ufólogo sevillano Antonio Moya Cerpa, uno de los principales estudiosos de El Libro de Urantia. Por aquel entonces, ya lo había leído cuatro veces, desde que cayó en sus manos en julio de 1978. Envió una dura carta al director de la citada revista, en la que recriminaba la falta de rigor. "Cual no ha sido mi sorpresa al observar cómo unos profesionales de la información se dignan opinar públicamente sobre algo que, manifiestamente no han leído desde la página 1 a la 2.097, ni se han tomado la molestia de analizar en profundidad", aseguraba en dicha carta, cuya copia obra en nuestro poder. 

IGNACIO DARNAUDE EN LA SEDE PRINCIPAL DE LA FUNDACIÓN URANTIA (CHICAGO, 2008)

Charlando con José Luis Hermida sobre El Libro de Urantia durante una reunión que mantuvimos el 13 de julio de 2014 en casa de Ignacio Darnaude, recordó la época en que quedaba con Moya Cerpa para traducir partes de la obra y estudiarla a fondo. "En nuestro grupo ufológico de Olivares estábamos interesados en El Libro de Urantia. Contactamos con Antonio Moya Cerpa, que lo estaba leyendo en Castilleja de la Cuesta, y entonces comenzamos a reunirnos en su casa. Yo cogía el libro en inglés y él en francés, y entonces lo íbamos traduciendo. Y un día llegó Juan José Benítez y nos dijo que estaba muy interesado en el tema de Urantia. Y nosotros, en ese momento, le dimos un taco de folios mecanografiados con nuestra traducción. Le pasamos carpetas enormes en varias entregas. Tradujimos la mitad del libro más o menos. Estuvimos reuniéndonos un día a la semana durante todo un año. Probablemente, sería entre los años 81 y 82". Darnaude, en dicha reunión, nos dijo que leyó El Libro de Urantia en 1978 y tardó ocho meses en hacerlo. En esa época, habló con entusiasmo de la monumental obra tanto a Moya Cerpa como a J. J. Benítez, despertando un enorme interés en ambos. "A mí el libro me conmocionó, me partió en pedacitos y luego me reconstruyó otra vez. Ningún otro libro me ha producido tanto efecto en toda mi vida", nos confesó Darnaude. Años después, Moya Cerpa colaboraría con la Fundación URANTIA en la traducción de 1993 y en posteriores retraducciones, como la de 2009. Sus contactos con destacados miembros de la Fundación han sido constantes. Su ardua labor como estudioso y divulgador de El Libro de Urantia es muy reconocida, siendo considerado uno de los mayores expertos en la cuestión. 

JOSÉ L. HERMIDA HABLÁNDONOS DE "EL LIBRO DE URANTIA"
EN CASA DE IGNACIO DARNAUDE (Sevilla, 13-07-14)
 

Y, precisamente, Moya Cerpa tiene buena culpa de las reuniones organizadas en tierras hispalenses, como la que tuvo lugar entre los días 1 al 4 de mayo de 1997 en Alcalá de Guadaira (Sevilla). Se trató del Primer Encuentro Nacional de Lectores de El Libro de Urantia. Alrededor de 40 lectores procedentes de diversas localidades españolas se dieron cita en el evento para compartir reflexiones y establecer lazos. Examinaron los aspectos científicos que están contenidos en El Libro de Urantia, se compartieron experiencias personales ligadas a las enseñanzas expuestas en la obra, se determinó revisar la traducción al español debido a los graves errores de vocabulario y sintaxis detectados, y también se expusieron temas relacionados con la Fundación y El Libro de Urantia por parte de los fideicomisarios Georges Dupont y Richard Keeler, presentes en dicho encuentro. Desde entonces, los encuentros se celebran anualmente en distintos puntos de nuestra geografía. Asimismo, la Fundación URANTIA —cuyo logotipo está formado por tres círculos concéntricos azules sobre un fondo blanco, que sería el emblema de Cristo— posee una agencia en Palomares del Río (Sevilla). Y también existe desde 2004 la Asociación Urantia de España (AUE), cuya sede se halla en Miranda de Ebro (Burgos). Por otro lado, hay grupos de estudios distribuidos en Málaga, Torrejón de Ardoz (Madrid), Torrevieja (Alicante), Ceutí (Murcia), Valencia, Palma de Mallorca, Zaragoza, etc.

EL UNIVERSO SEGÚN "EL LIBRO DE URANTIA" (Dibujo: Antonio Moya Cerpa)

En 2015, se distribuyeron cerca de 20.000 libros en papel y más de 40.000 se descargaron de la web de la Fundación. El interés hacia El Libro de Urantia crece cada vez más. Surgen nuevos grupos de lectores, más reuniones nacionales e internaciones y multitudinarios eventos públicos. En 2016, la Fundación anunció la puesta en marcha de Urantia Press, una editorial que publicará los trabajos que den apoyo a las enseñanzas vertidas en la obra revelada. Y el próximo año, la Asociación Urantia de los Países Bajos (Stitching Urantia Nederlandstalig) organizará una conferencia internacional que atraerá a urantianos de todo el mundo. No es de extrañar que algunos califiquen El Libro de Urantia como la "Biblia del siglo XXI".

NOTA: Martin Gardner identifica al médium —o "sujeto durmiente", como era denominado por los miembros de "El Foro"— con Wilfred Kellogg. En su obra Urantia: ¿Revelación divina o negocio editorial? (1995) afirma: "No estoy absolutamente seguro de que Wilfred fuera el canalizador inicial, pero la evidencia me parece tan abrumadora que en todo este libro doy por supuesto que sí lo fue. Tengo buenas razones para creer que algunos de los primeros miembros de la Fundación Urantia, así como muchos veteranos del movimiento, sabían que Wilfred era el contacto, pero se mantuvieron leales a Sadler e hicieron un voto de silencio con respecto a esta cuestión".

(Por Moisés) 

2 comentarios:

  1. Excelente entrada. Mil gracias Moisés, eres autor de una notable referencia sobre el tema.

    ResponderEliminar