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jueves, 24 de septiembre de 2020

EXTREMISTAS EN EL MUNDO DEL MISTERIO

Observo con cierta preocupación el creciente número de extremistas en el mundo del misterio (de un bando y del contrario). Posturas cada vez más radicales —curiosamente, algunos hacen alarde de ese radicalismo, como si eso fuese constructivo— que terminan enfrentando a unos y a otros. Hay una constante lucha de egos; deseos de pisar al que camina al lado, de ridiculizarlo hasta la extenuación. Algunos, actuando así, se sienten sumamente poderosos, celebridades quizá. Libran absurdas batallas imaginadas por sus enfermizas mentes y si alguien les reprende o les contradice en algo se victimizan hasta rozar el ridículo. 

Son soberbios y prepotentes. Por eso, suelen adoptar posturas dogmáticas, actuando como implacables jueces, dictando "sentencias condenatorias" contra destacados personajes —que les dan mil vueltas intelectualmente— y contra los casos más mediáticos —sin haberlos investigado en profundidad—: "Lo que yo diga es lo único que vale, porque yo tengo la verdad y los demás se equivocan porque no saben investigar", es lo que en el fondo piensan. Juegan a competir con otros; necesitan fama, ovación, aplausos y llamar la atención un día sí y otro también en las redes sociales. No hace falta ser psicólogo para entender que es la única manera que tienen de ocultar sus carencias afectivas, sus complejos y sus frustraciones (han de ser muchas, sin duda). 

No, así no se logra nada. Estos sujetos son tóxicos. Los crédulos conspiranoicos y los ultraescépticos forman parte de la misma mierda. Son individuos que sufren serios trastornos psicoemocionales —se nota a leguas—, que están siempre cabreados con el mundo —sus paranoias les hacen ver enemigos donde no los hay— y que no aportan nada al mundo del misterio, que ya de por sí lleva años agonizando. Hacen falta investigadores, estudiosos y pensadores que sean humildes, mentalmente equilibrados y que mantengan un sano escepticismo; que examinen los casos y planteen hipótesis de forma moderada, sin prejuicios ni apriorismos; que fomenten el diálogo y no la división; y que arrojen luz sobre el origen y la naturaleza de los fenómenos anómalos, aproximándose siempre a los mismos desde un enfoque riguroso y científico. 

Necesitamos, por tanto, mentes cultas, sabias, reflexivas... no radicales, chulos de pacotilla y camorristas. Pero me temo que, desgraciadamente, estos últimos están logrando acaparar más la atención, arrastrando tras de sí a una legión de fanáticos incultos. Si no lo remediamos, el caos se apoderará de todo y quedará destruido lo que otros, con esfuerzo y plena dedicación, han construido desde hace décadas en pro del estudio serio de los fenómenos fronterizos del conocimiento. Pienso en los pioneros de la parapsicología y de la ufología y, sinceramente, creo que no se merecen una herencia tan desastrosa.

(Por Moisés)

7 comentarios:

  1. Excelente disertación, querido Moisés.
    No dejaremos que el caos se apodere de nada y defenderemos con nuestro trabajo, esfuerzo e ilusión lo que los pioneros construyeron hace décadas. La mejor manera de hacerlo es, tenerlos presente en nuestra memoria y homenajear continuamente esa labor tan importante que ha servido de pilar fundamental para nuestra generación.
    Nosotros somos vigas constructivas Moisés y, como tales, soportaremos el peso del mal hormigón hasta que sea reemplazado y forjado un futuro mejor y una herencia digna para las siguientes generaciones.

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    1. Muchísimas gracias por tu magnífico, reflexivo y certero comentario. Totalmente de acuerdo en la importancia de honrar la memoria de los pioneros. Nuestro respeto y nuestro agradecimiento a ellos por allanar el camino que más tarde otros emprendimos. Un saludo.

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  2. Llevas toda la razón. No hay respeto por las personas que tanto bien hicieron por la parapsicología y la ufología. El no estar de acuerdo con las conclusiones a que llegaron otros estudiosos, no da derecho a menospreciarlos, todo lo contrario, el que haya otras opiniones, nos llevaría a tener un debate con más amplio y, con más puntos de vista y nos enriquecería a todos. La confrontación no lleva a ningún sitio. Gracias Moisés por tu alegato. Saludos cordiales.

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    1. De nada, Antonio. Sin duda, es importante mantener un debate abierto y constructivo. Un cordial saludo.

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