Un día como hoy de hace cuarenta años, el 3 de diciembre de 1977, se inauguró el I Congreso Nacional de
Ufología. El evento, celebrado en el Palacio de Congresos de Montjuïc (Barcelona),
vino precedido de una enorme expectación. Y no era para menos, pues allí se dieron cita, ante más de 600 asistentes, destacados personajes del panorama ufológico como: Antonio Ribera —presidente del congreso—, Andreas Faber-Kaiser, Juan
José Benítez, Julio Arcas, Alberto Adell Sabatés, Vicente-Juan Ballester Olmos, Félix Ares de Blas, Julio Marvizón, Enrique de Vicente, Carlos
Murciano...
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PARTICIPANTES DEL I CONGRESO NACIONAL DE UFOLOGÍA (Gentileza: Julio Marvizón) |
Dicho congreso marcó un antes y un después en la ufología española. Y
es que de allí surgieron dos posturas enfrentadas e incompatibles: una "racionalista"
y otra "crédula". O, al menos, eso manifestaron algunos ufólogos que,
por el hecho de elaborar gráficas y manejar estadísticas, se creyeron
superiores al resto. Iban de investigadores serios. Los demás ufólogos, que
mezclaban OVNIs y parapsicología, enfatizaban el carácter místico de los "encuentros
cercanos" o hablaban de supuestas "bases submarinas", eran
menospreciados o considerados ufólogos de segunda. Ballester y su cohorte
—Alberto Adell, Félix Ares, Miguel Guasp,
David G. López, José Tomás Ramírez y Ángel
Salaverria— se erigieron, pues, en representantes de la ufología "racional"
o "científica". Si no estabas con ellos, no valías para investigar.
La ufología les pertenecía. Ellos eran la ufología...
Tanto es así que el CEI (Centro
de Estudios Interplanetarios) sacó a la luz en febrero de 1978 las actas
del congreso. Pero solo publicaron las "ponencias técnicas"
presentadas por Ballester y los suyos. Los demás, se quedaban fuera,
excomulgados por los "sumos pontífices" de la ufología ballesteriana (sector radical que, unos
meses más tarde, quedó manifiestamente representado por el Consejo de Consultores de Stendek, creado en mayo de 1978). Aquello significó el cisma de la ufología española. En
dichas actas parciales, que obran en mi poder, se vislumbra perfectamente la
tendencia exclusivista de dichos señores, dotando a sus trabajos de un enfoque
excesivamente cientificista, incluyendo numerosos diagramas, gráficas, fórmulas
matemáticas y porcentajes estadísticos para aparentar rigor. Y el rigor es
bueno, por supuesto. Y hay que luchar contra la charlatanería, el fraude y la
desinformación. Pero no hay que radicalizar las posturas hasta el extremo de
rechazar a priori los aspectos
subjetivos, la vertiente paranormal u otras cuestiones mitológicas, porque
entonces despojaríamos al Fenómeno OVNI de su esencia, ya que su naturaleza es tremendamente
irracional, absurda y escurridiza. Y nos guste o no, todas las piezas que lo
componen han de ser examinadas. Incluso el contactismo,
pese a su carga pseudorreligiosa.
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CARTEL OFICIAL DEL CONGRESO |
"Este congreso significó, por desgracia para la
racionalización del trabajo, el encuentro y la ruptura. En un evento en el que
su organizador, Antonio Ribera, había querido dar cabida a todos los
posicionamientos ante el fenómeno, desde la ufología científica al mesianismo
extraterrestre, tenían que saltar chispas, pillando por medio a los centros y
pequeños grupos. En el curso de una comunicación bastante aberrante que la
visionaria Carole Ramis extendió por más de una hora, el sector vinculado al CEI
dio materialmente 'la espantada', rompiendo en ese momento con el resto de la ufología
nacional", escribió Ignacio Cabria en su imprescindible
obra Entre ufólogos, creyentes y
contactados (1993). La breve charla de Carole Ramis, que versó sobre el "Triángulo de las Baleares" y su relación con los OVNIs, fue impartida la tarde del domingo 4 de diciembre. La visionaria austriaca no podía imaginar que hablar de presuntas bases submarinas extraterrestres (un asunto ya viejo en ufología) iba a provocar tanta controversia, sembrando una confrontación entre los ufólogos que ha perdurado hasta hoy.
¿Sirvió de algo aquel comportamiento infantil de los autoproclamados "ufólogos científicos" y el tratamiento sesgado que hacían de la información OVNI? Sí,
para darnos cuenta del grave error que cometieron con su postura elitista,
excluyente y petulante, convencidos de poseer la verdad absoluta y de que el resto la pifiaba siempre. Y con eso no estamos defendiendo las
descabelladas ideas que allí pudieron difundirse (como no defendemos las falacias exopolíticas que ahora están tan en boga). Pero no cabe duda de que se perdió una oportunidad
estupenda para un debate constructivo, sin las acaloradas reacciones que condujeron
a posicionamientos extremistas y a una ruptura insalvable en la ufología
hispana. Y es que, a pesar de la apariencia objetiva de las ponencias
presentadas por los ufólogos "científicos", es bien sabido que el
Fenómeno OVNI escapa a toda regla estadística, siendo imposible ajustarlo a gráficas,
porcentajes, constantes, etc. A no ser, claro, que manipulemos los datos y
escojamos del universo de casos únicamente aquellos que nos interesan para
apoyar nuestras conclusiones... En fin, al margen de excesos, manipulaciones,
apriorismos e intereses partidistas (los hubo en ambos bandos), hemos de
subrayar lo añadido por Cabria en su mencionado ensayo: "Durante 1981 el Consejo de Consultores existe más como una
entelequia que como una realidad, aunque su desaparición material tuviera lugar
en 1982 (...) Al ser un colectivo de asesores científicos se exigía una
titulación universitaria, pero esto implicaba un divorcio de la base social que
componía la comunidad ufológica, de un nivel académico medio y bajo. Esta
exclusividad era considerada por los grupos ufológicos como un menosprecio de
la 'élite' hacia ellos, ignorando su experiencia en investigación de campo y su
capacidad operativa. La división en dos bloques que se daban la espalda fue el
lado negativo del proyecto del Consejo de Consultores de Stendek y de su
opuesto, la Coordinadora de Estudios sobre el Fenómeno OVNI".
Volviendo al citado congreso del 77, me parece acertadísima la
aclaración de Antonio Ribera en el nº 20 de la revista Mundo Desconocido (febrero 1978): "Por la naturaleza misma del fenómeno OVNI, a caballo entre la
realidad y el mito, no podía excluirse de entre los ponentes a personas de
mentalidad abierta y dotadas de imaginación (extraña facultad desconocida para
muchos científicos), e incluso a personas que se habían distinguido en el
estudio de la fenomenología paranormal, pues desde Jacques Vallée ya no puede eliminarse la 'componente psíquica' e
incluso la 'componente parapsicológica' del estudio de los OVNI". Se
agradece que Ribera, un ufólogo que siempre se caracterizó por defender la
hipótesis extraterrestre en su versión más genuina, manifestara algo así,
permitiendo que la amplitud de miras se hiciera latente en el congreso. Es, por
tanto, comprensible su cabreo respecto a la reacción de los ufólogos
"científicos" durante la disertación de Carole Ramis. Así lo contaba
en dicho artículo: "Esto provocó la
desbandada general de los 'científicos', quienes, demostrando muy poca
tolerancia ante las ideas ajenas y un grado de presunción y engreimiento
notabilísimos, se fueron a la francesa, pese a haber sido invitados al Congreso
con todos los honores, con hoteles de primera y viajes pagados. Pero, sin duda,
todo esto se les debía. Ni se dignaron asistir a la cena de clausura".
A continuación, Ribera se refirió a la carta que le remitió Ballester Olmos
pocos días después del congreso, en la que el valenciano le confesó: "Nosotros aceptamos que cualquiera
organice un congreso para exponer seriamente la problemática OVNI, pero tratar
de equiparar las contribuciones de Ares y Calderón, de Guasp y Ramis o de
Ballester (sic) y Faber no es admisible".
Pobre Antonio. Tuvo que
dolerle bastante observar que el CEI, cofundado por él en 1958, ahora estaba
tomado por ciertos "inquisidores" que ya no tenían el menor miramiento hacia
su persona. Ni siquiera hacia Faber-Kaiser, en cuya revista Mundo Desconocido colaboraban. Además,
algunos de ellos habían sido, en cierto modo, discípulos de Ribera. "La modestia no debe de figurar entre
las virtudes predilectas de Ballester Olmos", manifestó el decano de
los ufólogos españoles. Y agregó: "Me
dio cierta tristeza —no me recato en decirlo— que unos jóvenes investigadores
que se han formado en la lectura de mis libros (como Ares, al menos, reconoció
noblemente), se mostrasen tan soberbios e intransigentes con opiniones ajenas
que ellos miraban despectivamente (...) Pero ellos solo creen en ordenadores
digitales. Éste es su dios (...) Todo esto, repito, es triste y descorazonador.
Aunque, en el fondo, es infantil. Es una pataleta de 'repelentes niños
Vicentes', que no entienden el lenguaje de la imaginación (Vallée sí lo
entiende)".
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CAROLE RAMIS FUE MUY CRITICADA POR EL SECTOR RADICAL DE LA UFOLOGÍA |
Ribera reconoció que, cuando invitó a Ballester y su séquito al congreso de marras, no
suponía que "además de científicos
eran purísimas Vestales que velaban el fuego sagrado de la ufología, y que ésta
es patrimonio pura y exclusivamente de ellos. Los demás somos 'escritores,
artistas y elucubradores', en la frase genial acuñada por Vicente-Juan. Por lo
tanto, se nos niega todo derecho a opinar". Ribera, que a principios
de ese mismo año había estado en el Congreso Internacional de Ufología
celebrado en Acapulco (México), destacó que allí se pudo ver a ufólogos de la
talla de un Allen Hynek, un Jacques Vallée
o un William Spaulding codearse con
un escritor "fantástico" como John
Keel, con un contactado como Enrique
Castillo o con un teorizador como Colman
von Kevickszy, "sin rasgarse las
vestiduras ni abandonar en masa la Sala Teotihuacán, del Palacio de
Convenciones de Acapulco donde se celebraba el Congreso. Pero es que tratar de
equiparar a Hynek y a Ballester, a Vallée y a Guasp o a Spaulding y Ares no es
admisible. Aquellos saben convivir, y saben que en ufología hay que aceptar
todavía —nos guste o no nos guste— los contactee, los mensajes más o menos mesiánicos y los casos rayanos en la
parapsicología. Porque están ahí". ¡Bravo por Ribera!
Sin embargo, Ballester Olmos no cambió de actitud. Siguió manteniendo su
cuadriculada o, más bien, estrecha mente par
secula seculorum. Doce años después del congreso, en su libro Los Ovnis y la ciencia (1989), Ballester
aseveró: "A lo largo del mismo (refiriéndose
al congreso) se puso de
manifiesto de manera aplastante el carácter paracientífico, especulativo y
falto de rigor de gran parte del movimiento ufológico español, así como la
total imposibilidad de reconciliar, de una parte, la postura unitaria de varios
investigadores serios allí presentes, y, de otra, la actitud heterogénea de los
'propagandistas' (escritores, artistas y pseudoparapsicólogos) que inseminaron
de irracionalidad, con sus 'comunicaciones', el Palacio de Congresos de la
Ciudad Condal". Y a continuación, anunciaba a bombo y platillo la gestación del Consejo de Consultores de
Stendek, ejemplo de seriedad y rigor científico (para ellos mismos, claro).
Por su parte, Joan Crexell, un importante miembro del CEI interesado más por el nacionalismo catalán que por los OVNIs, aprovechó las páginas de Stendek
para arremeter contra el congreso. Así, en el nº 30 de la citada publicación
especializada (diciembre de 1977), manifestó: "Hemos podido asistir a la confrontación dialéctica entre dos
enfoques del tema, totalmente irreconciliables: el de los investigadores y el
de los aficionados y charlatanes. En nuestro país, pues, el XXX aniversario de
la observación Arnold se ha cerrado con un congreso, que bien podemos calificar
de desafortunado y precipitado (...) No podemos silenciar las explosivas
elucubraciones de la mayoría de las comunicaciones personales".
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ANDREAS FABER-KAISER DURANTE SU DISERTACIÓN |
Desgraciadamente, el sectarismo, el ego y el exclusivismo han estado
siempre muy presentes en la ufología. Pero en aquel congreso de hace cuatro
décadas quedó patente quienes fueron los causantes. La ufología quedó dividida por culpa del endiosamiento de algunos ufólogos que, por aquel entonces,
proclamaban la necesidad de poseer títulos universitarios para investigar los
OVNIs cuando, paradójicamente, algunos de ellos jamás empezaron ni acabaron
carrera alguna (además, no aportaron absolutamente nada al asunto porque apenas
dedicaron tiempo a estudiarlo en profundidad; solo se les veía en actos
públicos). ¿Quiénes fueron, por tanto, los 'propagandistas'? "Hay tres clases de mentiras: La
mentira, la maldita mentira y las estadísticas", dijo Mark Twain. Aquellos pretendidos ufólogos
"científicos" practicaron las tres.
(Por Moisés)
(Por Moisés)
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*Recomendamos ver en el siguiente enlace el capítulo del programa Más Allá que Fernando Jiménez del Oso dedicó al congreso (TVE, 18-12-77): http://www.rtve.es/alacarta/videos/mas-alla/mas-alla-congreso-nacional-ufologia/3563720
Paco Azorín.
ResponderEliminarEstupendo artículo Moisés. Perfectamente redactado y argumentado.
Estoy muy de acuerdo contigo en lo que pasó en ese primer Congreso Nacional de Ufología, en los que unos decidieron -por su cuenta y riesgo- darse el título de ufólogos de primera categoría y dejaron la inferiores para el resto.
Está claro que en cualquier faceta de la vida, la lucha por el poder y el afán de protagonismo siempre han existido, existen y existirán en el futuro, pues es propio del egoísmo humano.
Estoy recordando ahora un congreso que se celebró en Benidorm en la década de los 80 y, entre otros ponentes, intervinieron José Luis Jordán Peña, Ballester Olmos y Luis Jiménez Marhuenda. Justamente a Ballester Olmos le tocó impartir la última conferencia y, a Elvira y a mí, nos dio mucha pena ver el poco público que asistió a su charla, con el agravante de que el resto de ponentes se en pocos segundos ya que ninguno de ellos hizo acto de presencia en la sala. En este Congreso también quedó demostrada la poca afinidad entre los dos colectivos de ufólogos españoles. ¡Qué lástima!
Pero el tiempo es el juez implacable que pone a cada persona en su sitio según sus méritos reales, y esos que se permiten el lujo de mirar por encima del hombro al resto de los mortales, cuando llegue el momento se tendrán que conformar con ocupar una posición en la cola de la cola.
Enhorabuena a Claudia y a ti por rescatar para todos nosotros tantos y tantos documentos del pasado siglo, pero con un valor importantísimo a nivel histórico y que, sin vuestra acertada contribución, sin duda alguna se hubieran perdido para siempre en la noche de los tiempos.
Muchas gracias por tu comentario, amigo Paco. Lo que cuentas del congreso de Benidorm es muy ilustrativo. Un abrazo.
EliminarSiempre el protagonismo de unos para acaparar el reinado de lo insólito ha dado al traste con buenas causas...
ResponderEliminarEfectivamente.
EliminarFelicidades Moisés por el artículo,muy cierto lo que dices. Muy bien redactado y claro.
ResponderEliminarGracias, Marc.
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