UN RINCÓN VIRTUAL QUE OBSERVA LA REALIDAD CON OTROS OJOS...

martes, 30 de junio de 2020

CARTA DE JUAN TURÚ VALLÉS, UNO DE LOS SUICIDAS DE TARRASA, EN LA REVISTA "ALGO"

Anoche, consultando en mis archivos el grueso volumen de la revista ALGO correspondiente al año 1971, me topé casualmente con un comunicado de Juan Turú Vallés, uno de los dos suicidas de Tarrasa. Me impactó leerlo. Esta carta se publicó en la sección "Escribe el lector" de dicha revista (nº 188, 2ª quincena, oct.'71). Él, de 21 años, y su compañero, José Rodríguez Montero, de 47, pusieron fin a sus vidas unos meses más tarde, exactamente el 20 de junio de 1972. Sus cuerpos decapitados fueron hallados en las vías de una línea férrea próxima al apeadero de Torrebonica, en Tarrasa. Portaban un extraño mensaje guardado en un bolsillo: "LOS EXTRATERRESTRES NOS LLAMAN. PERTENECEMOS AL INFINITO. W.K.T.R.S. 88". Los dos llevaban años dedicándose al estudio del fenómeno OVNI y eran miembros de varias agrupaciones, como el Centro de Estudios Interplanetarios (C.E.I.) de Barcelona y Eridani de Madrid. Aquel terrible suceso provocó un impacto tremendo en la ufología española. Y aún hoy nos sigue estremeciendo. Lamentablemente, no ha sido el único caso de estas características. 


(Por Moisés)

miércoles, 24 de junio de 2020

¡73º ANIVERSARIO DEL FENÓMENO OVNI! Y LO CELEBRAMOS COMPARTIENDO UN DOSIER MUY ESPECIAL

El 24 de junio de 1947 —hace hoy 73 años—, el piloto estadounidense Kenneth Arnold fue testigo de nueve objetos que, a gran velocidad, "se desplazaban como platos deslizándose sobre el agua". No hay duda de que con dicho incidente, al margen de la explicación que podamos darle actualmente, comenzó la llamada 'era moderna de los OVNIs'. A pesar de los casos que se deben a confusión con objetos astronómicos, fenómenos meteorológicos, globos, satélites artificiales, etc., hay incidentes con un alto índice de extrañeza, como los referidos a aterrizajes y observación de ufonautas. Asimismo, el factor testigo es fundamental a la hora de estudiar estos episodios anómalos. Hay factores psíquicos y parafísicos, así como elementos oníricos, absurdos e inusuales que vuelven mucho más complejos ciertos relatos ufológicos. No podemos, pues, quedarnos con explicaciones simplistas, porque los aspectos psicosociales y paraufológicos están muy presentes.

No obstante, y salvo honrosas excepciones, los ufólogos más veteranos han perdido el interés por seguir en la brecha, abandonando toda actividad ufológica (el nocivo ambiente del mundillo ufológico y la imposibilidad de avanzar más y obtener evidencias más sólidas generan mucha apatía). Hay, por tanto, ahora mismo muchos aficionados y pocos especialistas. Por otro lado, las redes sociales y YouTube están contribuyendo a la propagación descontrolada de fotos y filmaciones falsas, así como de ridículas ideas conspiranoicas que empañan la imagen seria de la ufología. Asimismo, los jóvenes que se adentran en este tema no consultan la hemeroteca, no leen a los pioneros y pasan olímpicamente de reunir una buena documentación —no todo está en internet—, tan necesaria para manejar fuentes fidedignas y contrastar la información. 

Dicho lo cual, y para paliar algo esa ausencia de información histórica y, de paso, recordar lo que supuso la ufología décadas atrás es fundamental observar el papel que jugaron los medios de comunicación en la difusión del fenómeno OVNI, desde PARADIG+ XXI hemos considerado oportuno elaborar un dosier repleto de recortes de prensa que conservamos en nuestros archivos referentes a avistamientos acaecidos en un año crucial a nivel ufológico: 1968. Ese año —el de la Primavera de Praga, el del Mayo francés, el de los asesinatos de Martin Luther King y Robert F. Kennedy, el de 2001: Una odisea del espacio...—, hubo una importante oleada OVNI en nuestro país; el Ministerio del Aire español emitió varias notas informativas; surgieron numerosos grupos ufológicos; y la 'segunda generación' de ufólogos comenzaba a despuntar. En dicho dosier, de 84 páginas, hemos añadido un anexo que contiene, entre otros documentos, artículos de aquel año firmados por Antonio Ribera, Màrius Lleget, Eugenio Danyans, Fernando SesmaEnrique de Vicente, Vicente J. Ballester Olmos, etc.

Así, compartiendo nuestro dosier "ENCUENTROS OVNI EN 1968", es como celebramos esta efeméride tan significativa para los amantes de este fascinante tema. Esperamos que disfrutéis con su lectura. 

Para descargar el dosier, pinchad aquí:



sábado, 20 de junio de 2020

IVAN TRILHA ("Más Allá", TVE, 06-11-77)

¡Nueva entrega de VIDEOTECA DE LO INSÓLITO!

Rescatamos de nuestros archivos otro MÁS ALLÁ. Llevó por título: "IVÁN TRILHA". Se emitió el 6 de noviembre de 1977.

Es un PROGRAMA INÉDITO. NO SE HALLA EN LA WEB DEL ARCHIVO DE RTVE. Lo grabamos directamente del Canal Nostalgia (Vía Digital) hace 20 años.

Jiménez del Oso y Antonio Biosca (Antonio J. Alés) entrevistan al célebre sanador brasileño Iván Trilha. Hace un repaso a su biografía, recordando que a los 9 años se inició en el mundo de la magia y la macumba; más tarde, se interesó por la astrología, la videncia y, finalmente, por el curanderismo.

Esperamos que resulte de vuestro interés.


miércoles, 17 de junio de 2020

LOS FANTASMAS DEL PALACIO DE LINARES ("Informe Semanal", TVE, 1990)

¡Nueva entrega de VIDEOTECA DE LO INSÓLITO!

Rescatamos de nuestros archivos un "Informe Semanal" (TVE) que estuvo dedicado a los presuntos fenómenos paranormales del PALACIO DE LINARES. Se emitió en 1990.

¿Qué cuenta la leyenda sobre los marqueses de Linares? ¿Han ocurrido episodios paranormales en dicho palacio? ¿Se captaron psicofonías? ¿Qué opinan expertos como Ramos Perera, Germán de Argumosa, Antonio J. Alés y José Mª Pilón? ¿Fue todo un burdo fraude?

Esperamos que resulte de vuestro interés.



sábado, 13 de junio de 2020

ALGO ESTÁ PASANDO ("Más Allá", TVE, 10-12-79)

¡Nueva entrega de VIDEOTECA DE LO INSÓLITO!

Rescatamos de nuestros archivos otro MÁS ALLÁ. Llevó por título: "ALGO ESTÁ PASANDO". Se emitió el 10 de diciembre de 1979. Es un PROGRAMA INÉDITO. NO SE HALLA EN LA WEB DEL ARCHIVO DE RTVE. Lo grabamos directamente del Canal Nostalgia (Vía Digital) hace 20 años.

En dicho programa se abordó el FENÓMENO OVNI. Participaron: Enrique de Vicente, José Luis Jordán Peña, Julio Marvizón y Luis Jiménez Marhuenda.

Los contertulios hablaron del avistamiento OVNI que tuvo lugar en Madrid la noche del 27 al 28 de noviembre de 1979. Asimismo, se refieren a diversos casos ocurridos en otras provincias de España, como Sevilla y Alicante. Finalmente, trataron de responder a las siguientes preguntas: ¿Guardaba relación aquella oleada OVNI con el momento crítico que se vivía a nivel social? ¿Acaso los OVNIs estaban dando un aviso a la humanidad? 

Esperamos que resulte de vuestro interés.



martes, 9 de junio de 2020

JOAQUÍN MATEOS NOGALES, EL HOMBRE QUE SOÑABA CON VIAJAR A OTROS MUNDOS

JOAQUÍN MATEOS EN 1963

"Estoy mentalizado para marcharme de este planeta con 'ellos'; ya lo he hablado con mi familia y saben que estoy dispuesto a irme en una nave si me recogen. Aquí en la Tierra no hay ya nada que hacer; el ser humano no tiene remedio". Así de claro lo tenía el bueno de Joaquín Mateos Nogales, convencido de que existen otros mundos mejores que la Tierra, planeta donde jamás cesan los conflictos, las divisiones, la guerras... Su preocupación por los problemas ecológicos, sociales y políticos le hacía imaginar planetas más evolucionados que el nuestro a nivel ético.

A veces se iba al campo solo, de noche. Solía hacer señales al cielo con lámparas de largo alcance, manteniendo una mente receptiva para el contacto, y aguardaba con la ilusión de un niño alguna respuesta o señal. Quería ser protagonista de un "encuentro en la tercera fase". ¡Cuántas veces me confesaba su persistente sueño de tener un contacto con los extraterrestres! Era muy crítico con los contactados mesiánicos, por su trasfondo sectario, pero él ansiaba lograr una comunicación con esas supuestas inteligencias no humanas empleando medios tecnológicos. Ideaba aparatos, focos y utilizaba ciertas frecuencias de radio.

En esas mágicas noches de Alertas-OVNI en el Aljarafe sevillano, solía decirme en voz baja: "Moisés, tenemos que buscar el contacto con 'ellos'; hay que averiguar qué quieren de nosotros". Su entusiasmo era contagioso. A veces, me llamaba por teléfono nervioso cuando se le ocurría algo para establecer ese pretendido contacto y me pedía que nos reuniéramos pronto para explicarme con más detalles sus pesquisas. Joaquín no dudaba de que 'ellos' están aquí, entre nosotros, pendientes de lo que hacemos los humanos. Pero se quejaba a menudo de la falta de consideración que tienen hacia quienes llevamos años estudiando el tema OVNI. ¿Por qué no se aparecen ya de una vez por todas? ¿A qué esperan para dar la cara? ¿Por qué juegan al escondite y a la confusión? Estas preguntas las repetía muchas veces. Y su esperanza le hacía decir: "Espero que algún día pueda tener un contacto con los extraterrestres; es mi mayor deseo"... Algunos perdimos esa ilusión por el camino ¿qué ufólogo no la ha tenido en sus inicios?; él, sin embargo, la mantuvo hasta el final de su vida...

Podía pasarme horas y horas charlando con Joaquín y apenas notaba el transcurso del tiempo. Con su acentuado gracejo andaluz, solía dar buena muestra de su memoria al narrar episodios ufológicos recogidos directamente por él, aportando multitud de datos y detalles concretos que otros olvidaríamos fácilmente. Su memoria era prodigiosa. Y su capacidad de reflexión más, si cabe. Del tema ufológico saltaba a otras cuestiones, para finalmente establecer patrones, causas, efectos, variables y todo tipo de correlaciones históricas, sociológicas y geopolíticas. El mundo para Joaquín es como un gigantesco puzle: solo hay que saber encajar las piezas y comprobar qué papel juegan las presuntas visitas alienígenas. Manejaba muchísima información, como lector voraz de periódicos, libros, webs, blogs, revistas científicas y paracientíficas. En ocasiones, se adentraba por terrenos conspiranoicos y teníamos que frenar su ímpetu, y es que su mente estaba en perpetuo movimiento y no paraba de hacer cábalas. Su inquietud por saber más y más era permanente. Y cada cosa que averiguaba, la comunicaba inmediatamente a sus colegas ufólogos. Era incapaz de guardarse información para él solo. Le gustaba compartirla. El compañerismo y la colaboración eran para Joaquín muy importantes. Todos sus colegas ufólogos, unos más creyentes y otros más escépticos, respetábamos su veteranía y escuchábamos con atención sus elucubraciones en torno a la presencia de esos extraños objetos que surcan los cielos y que, en ocasiones, se posan en tierra e interactúan con el ser humano.  

Su convicción sobre la realidad OVNI era total. "Tenemos duda de dónde pueden venir, quiénes son y qué están haciendo aquí, pero el fenómeno está demostrado que es real. Hay algo muy gordo detrás de todo esto, pero lo que ocurre es que las autoridades están poniendo pegas para que no se sepa nada al respecto. Los ufólogos estamos tratando de llevar nuestras investigaciones hasta donde podemos, esperando que algún día podamos saber la verdad sobre dicha cuestión", me explicó durante una de las muchas entrevista que le realicé.

Asimismo, reconoció que "este fenómeno sobrepasa la barrera de nuestra inteligencia, de nuestros conocimientos, de todo… Posiblemente estén siguiendo la evolución humana, o influyendo en ella. No deja de ser curioso que el número de avistamientos se multiplique en épocas de crisis social". 

Ciertamente, no he conocido en la ufología a una persona más apasionada que Joaquín. Era un auténtico enamorado de los OVNIs. Su lealtad era absoluta. Por eso, huía de las habituales rencillas, del afán de protagonismo y de los egos que rodean a este vapuleado tema. Cuando uno ama de verdad algo, su compromiso es fiel y su honestidad incuestionable. Por eso, se ha despedido con la cabeza bien alta. Demostró en todo momento ser una buena persona, un buen amigo y un buen ufólogo. Y eso, jamás lo olvidaremos...

ÁLBUM DE FOTOS PARA EL RECUERDO:

BODA DE JOAQUÍN MATEOS E ISABEL FALANTES 

JOAQUÍN MATEOS CON SU FAMILIA Y VARIOS AMIGOS

JOAQUÍN ENTREVISTANDO A MIGUEL FERNÁNDEZ (Caso Benacazón, enero'76) 

JOAQUIN INVESTIGANDO EL CASO OVNI OCURRIDO EN LA FINCA 'LA ALEGRÍA' EN ENERO DE 1982 

JOAQUÍN MATEOS Y MOISÉS GARRIDO (Gerena, 09-02-93)

IGNACIO GARZÓN, JOAQUÍN MATEOS, ALEJANDRO RUBIO Y MOISÉS GARRIDO (29-05-93)

JOAQUÍN MATEOS E IGNACIO DARNAUDE EN ANIMADA CHARLA UFOLÓGICA (Albaida, 19-01-08) 

MANUEL FILPO, ÁNGEL RIVERO, IGNACIO DARNAUDE,
JOAQUÍN MATEOS Y JOSÉ EDUARDO PIRRERA (Gerena, 19-01-08)
 

IGNACIO DARNAUDE, JOAQUÍN MATEOS Y MOISÉS GARRIDO (Sevilla, 05-02-09)

MOISÉS GARRIDO, MANUEL FILPO, ADRIÁN SÁNCHEZ Y JOAQUÍN MATEOS (Sevilla, 15-04-10)

PEPE ORTÍZ, JOAQUÍN MATEOS, JOSÉ L. HERMIDA, MANUEL FILPO,
MOISÉS GARRIDO Y ÁNGEL RIVERO (Alerta-OVNI en Gerena, 25-06-11) 

MOISÉS GARRIDO, JOAQUÍN MATEOS Y LOURDES GÓMEZ (Gerena, 03-10-11)

MOISÉS GARRIDO, JOAQUÍN MATEOS, LOURDES GÓMEZ, IGNACIO DARNAUDE,
RAFA GALLEGO Y MANUEL FILPO (Sevilla, 18-11-11, cumpleaños de Ignacio)

MOISÉS GARRIDO Y JOAQUÍN MATEOS (Torre Mocha, 24-06-12)

MOISÉS GARRIDO, JOAQUÍN MATEOS Y RAFAEL CABELLO (Gerena, 06-07-13)

ALERTA-OVNI (Gerena, 06-07-13) 

ALERTA-OVNI (Gerena, 26-07-13)

MOISÉS GARRIDO, CLAUDIA M. MOCTEZUMA Y JOAQUÍN MATEOS (Gerena, 28-06-14)

ALERTA-OVNI (Gerena, 28-06-14)

MANUEL FILPO, JUAN GALLEGO, CLAUDIA MADRID, MOISÉS GARRIDO, JAVIER LOBATO, 
PEPE ORTÍZ, JOSÉ L. HERMIDA, RAFAEL LLAMAS Y JOAQUÍN MATEOS (Sevilla, 30-08-14)

MOISÉS Y JOAQUÍN (Gerena, 11-12-16)

REUNIÓN UFOLÓGICA EN EL TALLER DE JOAQUÍN (Gerena, 23-07-18)

(Por Moisés)

jueves, 4 de junio de 2020

EN RECUERDO A JOAQUÍN MATEOS (E.P.D.) (Por Manuel Filpo)

IGNACIO DARNAUDE, JOAQUÍN MATEOS Y MANUEL FILPO (Sevilla, 05-02-09)

Ayer, 2 de junio, nos dejó Joaquín Mateos. Al mediodía tuvo un fuerte dolor de cabeza y pronto entró en un sopor. Llevado al hospital, a las cuatro de la tarde falleció. Muerte envidiable, parecida a la de Ignacio Darnaude. Me costará superar la pérdida de ambos por la comunicación constante durante casi cincuenta años. Otro ufólogo ‘histórico’ deja huérfana a la ufología andaluza, a sus noventa y un años. Su apasionado entusiasmo lo mantuvo hasta el final, necesitado de frenarlo para ponderar y discernir la mezcolanza reinante. Ahora, la bandera de Ummo ondeará a media asta en su taller, junto a sus focos y artilugios usados en los campos próximos para atraer a esos visitantes ‘reales pero reacios a dar la cara’ frase repetitiva en sus últimos años.

Su vida tuvo los capítulos de una novela. En repetidas ocasiones me contó sus alegrías y tristezas, siendo los visitantes del Cosmos un motivo de ilusión, tal vez, evasiva. Quedó huérfano y desempeñó, al ser el primogénito, el papel de padre. Tuvo un hermano con deficiencias psíquicas, siendo habitual sus visitas al sanatorio. Le cogió de lleno las secuelas de la guerra civil y, sin duda, marcó su personalidad. Su dinamismo, después de trabajar en un taller de fragua, lo llevó a estudiar radio por correspondencia y, posteriormente, televisión. Fue intuitivo, autodidacta, perseverante en el trabajo, excelente padre de familia y esposo de Isabel, mujer muy comprensiva por la rara afición de tener a un marido ufólogo.

Tuve ocasión de conocerlo cuando reparaba un televisor en un bar llamado 'La Cueva'. Muy versado por llevar desde el año 1954 tras el fenómeno, tenía fama de extravagante, aun reconocida su capacidad y oficio. Su talante, impasible ante las críticas, lo impulsaba a investigar los muchos avistamientos —unos cien catalogados— de la zona. Con el paso del tiempo sus vecinos reconocieron su cordura. Pepe Ortiz, su gran amigo, corresponsal del Correo, informaba en aquellos tiempos pioneros de cuanto suceso insólito se producía en el bautizado por él 'triángulo magnético'.

Leíamos con avidez una magnífica revista titulada Stendek. Los testigos, desde los locuaces hasta los reacios, de profesiones, estados y culturas, nos comunicaban sus raras experiencias. La larga etapa me marcó porque aquellas personas, traumatizadas algunas y huidizas la mayoría, no tenían motivos para mentir. Temían la publicidad y algunos sólo narraron sus experiencias con la promesa de mantener el anonimato.

De la mano de ambos, Joaquín desde el propio terreno e Ignacio Darnaude tras las conjeturas propias de los filósofos, crecí en la dualidad, compaginando dosis de esoterismo con filosofía, religión, astronomía, sociología, física... Ellos me ayudaron a levantar la mirada a los cielos, estímulo para activar la imaginación e, inevitablemente, llegaron preguntas infrecuentes.  

Gerena se convirtió en “lugar de peregrinación” de visionarios, personas sensatas, creyentes acérrimos, curiosos… consiguiendo una rica experiencia sociológica. Asistimos a congresos y nos relacionamos con investigadores y escritores conocidos. Sería muy extenso relatar algunas de las muchas anécdotas en aquellas madrugadas de observación y esperanza, cargados de rudimentarios aparatos: cámaras con carretes de infrarrojos o artilugios luminosos para hacerles señales. Construimos algunos detectores magnéticos y de presencia, linternas polarizadas… Hoy, aquella inocencia, sustentada en el deseo, mueve a una sonrisa poética…

En sus inicios Joaquín conoció a Manuel Osuna, maestro nacional de Umbrete, pionero en Andalucía, colaborando en sus investigaciones. Como docente, don Manuel no pudo evitar considerarlo como discípulo y, en busca de la perfección, lo abrumaba con mandatos y correcciones. En definitiva: la relación terminó en pacífica insubordinación. Eran dos caracteres diferentes porque mientras don Manuel practicaba el barroquismo literario y oral, el gerenense buscaba lo práctico y concreto.

La curiosidad me introdujo en ese grupo de personas cuyo pasatiempo favorito consistía en preguntarse los muchos interrogantes, más allá de otras cuitas terrenales. La modesta Tierra, vivienda situada en un barrio marginal de una de las millones de galaxias alocadas, sobrecogidas y obedientes a una veloz expansión comenzó a resultarnos algo insignificante. Y, con la aceptación de lo inevitable, acepté la famosa frase de Einstein: «Tú mismo debes ser tu único modelo, aunque resulte espantoso».

Ignacio, Joaquín Mateos y yo nos citamos en un bar de la Avda. Reina Mercedes sobre los primeros años de la década de los ochenta. Tenía mucho interés en conocer a Darnaude y Joaquín me lo presentó. «Ignacio le pregunté ¿y eso de Ummo?». Con su porte de caballero inglés de fuerte vocalización, catedrático de una asignatura imposible de aprobar, contestó. «Una cosa es la Ufología y otra Ummo con sus cartas. Los humanos, por muy cualificados no pueden elaborar tantos informes de tan alto nivel y, lo más sorprendente: sobre materias muy diversas y con un inconfundible estilo literario. No pueden ser de aquí. Alguien escribió el millar largo de páginas. Todo lo demás constituye una de las más inteligentes filigranas de incertidumbre tejidas en el escenario de la historia humana».

Mis archivadores aumentaban con los artículos, noticias y observaciones, tarea realizada en solitario, sin poder compartirla por carecer de personas afines. Pero al casarme con una mujer nacida en la cercana Gerena me enteré de un famoso técnico de televisión, Joaquín Mateos Nogales, perseguidor desde el año 1954 de los ovnis. En cuanto tuve ocasión le manifesté mi interés y ambos congeniamos, también por la electrónica, otra afición común. Tenía fama de extravagante, como todo profeta en su tierra, solo amortiguadas las rarezas por su reconocida capacidad profesional. Su talante, indomable ante el desaliento e impasible ante las críticas, lo impulsaba a investigar cualquier indicio. Muchas veces pensé quien iba al encuentro del otro: si Joaquín a por los avistamientos o los ovnis en busca de él. Conservó un don especial hasta su fallecimiento para intimar rápidamente y desbloquear recelos.

Reparaba los televisores llegados de los pueblos limítrofes, ocasión para preguntarles a los clientes si tenían noticias, aunque muchos anticipaban novedades para informarle de algún caso local o conocido. La zona abarcaba principalmente Aznalcóllar, Olivares, El Castillo de la Guardas y El Garrobo llamándola en algún medio  el “pentágono magnético”. Unas irrepetibles tertulias surgían en su taller teniendo como testigos a televisores, aparatos de medida, soldadores, una gran caja con el rótulo ‘Telescope’, algún trípode sosteniendo un foco, una elegante bandera con el signo de Ummo, una batería siempre cargada para alimentar los aparatos usados en el campo… La electrónica nos sirvió para construir algunos “inventos”. Acoplé al motor de un coche de mi hijo un gran disco con una serie de ventanas redondas tapadas por cristales coloreados. Debajo, un par de lámparas alógenas proyectaban al cielo multicolores luces. Lo usamos en ocasiones, hasta la llegada de la Guardia Civil, tranquilizada al conocer a Joaquín y explicarle el ‘experimento’. ¡Cuánto me hubiese agradado escuchar los comentarios de los guardias de regreso a su cuartel! Sin embargo, algunos de sus miembros le comentaron a Joaquín experiencias al respecto.

Muchos vecinos repito— reconocieron con el paso del tiempo su “razonable locura”: acontecían demasiados testimonios para admitir una epidemia demencial. Alguna vez, cuando yo le preguntaba a Ignacio Darnaude la causa de su monacato decía con su habitual sentido del humor: «¿Lograría alguna confidencia un tío tan feo como yo? Espantaría al personal. ¡Joaquín es el mejor: entrante, persuasivo…!».

A bordo de su inconfundible furgoneta de color marrón oscuro, con mucha voluntad y tal vez poco rigor encuestador visitamos a los habitantes de cortijos y viviendas, componiendo casos, comprobándolos después, estudiando las personalidades: ya dicharacheras, reservadas, o temerosas… Mantuvimos la tensión y yo, instalado en mi habitual escepticismo, contrarrestaba el entusiasmo de Joaquín en pro de la objetividad, tan necesaria para evitar desbarros. Resultó una época llena de actividad, como surfistas en la cresta de una gigantesca ola.

Curiosamente, y a lo largo de cuarenta años, formamos parte de un anárquico trío, en estrecho contacto con Ignacio, el intelectual, bisturí en mano para diseccionar, traducir y enviar los casos a revistas de empaque. Con una constancia paternal nos mandaba voluminosos sobres por correo sobre las últimas noticias captadas en revistas inglesas, francesas o norteamericanas; también de su producción propia sobre teorías y planteamientos, cuerpo doctrinal para envidia de muchos. 

Fabricamos aparatos más sofisticados, como detectores de presencia y magnetómetros, sin resultados. Con simpática resignación aceptamos ser unos “cazadores de ovnis” fracasados, lamentándolo a veces: «Poco sentido de la justicia tienen nuestros “amigos”, por tantos esfuerzos …». Porque nuestra lógica, poco parecido debe tener con la exhibida por la gran familia extraterrestre. ¿Quiénes son? ¿algún parentesco? ¿pretensiones? ¿acaso un enrevesado sentido del humor les conduce a ofrecer tan disparatado espectáculo? En mutuos consuelos poníamos como parangón el caso de una hormiga, ajena a nuestra tercera dimensión. De encontrarnos nosotros como hormigas y ellos ubicarse en otras latitudes, ¿cabría algún entendimiento?

Joaquín trabajaba más de diez horas con un ligero respiro los domingos. Su taller tenía centenares de objetos, decenas de cajas, cables, herramientas, libros de consultas… Sus “papeles ufológicos”, guardados en carpetas, constaban de escuetos datos. Pero su prodigiosa memoria aportaba hasta los más insignificantes detalles para mi asombro y sana envidia. Sin embargo, como solo él entendía sus notas, llevaba algún tiempo diciéndole: «Debemos encontrar unos ratos para ordenar y recomponer tan copioso material: sería un infortunio la imposibilidad de leerlo algún día». Por fin conseguimos reunirnos y elaborar un catálogo escueto, desprovisto de cualquier dato marginal o anecdótico, para recoger lo fundamental. No obstante, sigue resultándome sorprendente su capacidad oral para describir escenas, comentarios, nombres, fechas y detalles de cada caso, compartiendo sus sentimientos, viviendo la ilusión de su vida.

Poseía un vocabulario cuidadoso al evitar cualquier palabra mal sonante. Al ser un gran lector de periódicos estaba informado de las noticias nacionales e internacionales. Cuando nos veíamos los fines de semana solía tenerme seleccionados artículos de opinión, incluidas editoriales. Joaquín era un caso paradigmático de un talento desaprovechado porque de haber tenido posibilidades hubiese llegado, seguro, a tener alguna ingeniería.

Entre las anécdotas recuerdo una noche sin Luna en la que, paseando por un sendero, unas rítmicas pisadas parecían llegar con rapidez. De inmediato inicié una carrera hacia los coches, seguido del resto de acompañantes. Entre jadeos, sorprendidos, me decían: «¿Acaso escuchaste algo?». A duras penas, con esa risita nerviosa indefinible les interrogaba: «Claro, escuché unas pisadas y, entonces, ¿vosotros no?». Pues solo yo las escuché y el resto, sin saber la causa, me siguió en una insensata carrera. Ante el ridículo suceso reconocimos una imprescindible fortaleza de ánimo para aguantar un deseado encuentro con seres diferentes, de intenciones imprevisibles, quizá procedentes de otros mundos. ¿Tanta mentalización y deseos para huir despavoridos?

Aquel reportaje del periodista Benigno González en las primeras páginas del ABC de Sevilla en 1968 me dejó perplejo. Resultaba fuera de toda normativa y discreción en un sacerdote, don Enrique López Guerrero, doctor en filosofía con laureada latina, en plena vigencia de un Concordato con el régimen de Franco, afirmar las visitas de una civilización procedente de UMMO desde hace años, dispusiese de naves con una tecnología revolucionaria y mandase cartas dirigidas a concretas personas, también a él, donde aclaraba aspectos íntimos de su planeta. Tal vez recibiese alguna advertencia del Palacio Arzobispal referente a la lógica discreción curial. La teología ya aceptaba la posibilidad, aun por simple estadística, aunque a la mayoría de las iglesias no les agradase demasiado eso de navegar en un río con demasiados marineros.  

Su invariable porte con clergyman, sombrero negro y maleta de documentos a juego, irradiaba la elegancia de un diplomático vaticano. Peregrinamos a la casa contigua de su parroquia de Mairena del Alcor un grupo de amigos con la ilusión de intercambiar opiniones en los temas de nuestros anhelos. Aunque debo rectificar: quien acaparó la palabra fue él, parsimoniosamente, ajeno al paso de las horas. El auditorio comenzó a sentir el hambre y los ummitas quedaron aparcados para una segunda o tercera fase. Charló sobre lo divino, lo humano y casi nada sobre el principal objetivo de nuestra visita: leer o saber el contenido de las epístolas. Ante la imposibilidad del diálogo, dado el monumental monólogo, nos dedicamos a observarlo, deduciendo poseer una singular personalidad. Celosamente guardaba el secreto.

Joaquín Mateos estaba hambriento y devoró una perdiz cuando, ¡por fin!, pudimos llegar a un restaurante, verdadero oasis en medio de un desierto monólogo. No sé si otros, más perseverantes, lo intentaron con posterioridad y, como prevenidos dromedarios, fueron con los estómagos bien pertrechados. Pero Joaquín y yo nos juramentamos no intentarlo más. 

Un lejano día llegaron a Gerena un grupo de jóvenes interesados por la fama de Joaquín y, después de una larga tertulia en su casa, marchamos al campo para una experiencia psíquica. Nos sentamos en círculo y permanecimos con un pensamiento común: visualizar un fenómeno paranormal. Al cabo de un rato oímos un clic metálico del tubo de escape de un coche aparcado a escasa distancia. De inmediato, uno de los muchachos dijo: «¿Habéis oído? ¡Ya están aquí, es una señal…!». Con la benevolencia requerida le convencimos para admitir el ruido cuando los metales se enfrían, más en los tubos de escape de los coches. Es la vehemencia, ilusión o pura sugestión causante de muchas conclusiones falsas. 

Pasamos ratos inolvidables en el casino de Olivares en animadas charlas con un grupo de amigos de la localidad, excelentes personas y grandes aficionados. Observábamos en los depósitos de agua de dicha localidad, magnífica atalaya para ver Sevilla y el cielo circundante. Una noche divisamos con los prismáticos un avión de pasajeros y una luz directa hacia él. El piloto le hacía repetidas señales con los focos de aterrizaje. Cuando la colisión parecía inevitable se apagó y el reactor siguió su trayectoria. Quedamos sin palabras.

El recordado locutor Alfonso Contreras, hacia finales de 1976, en su programa No estamos solos señaló a un bar sevillano, regentado por un muchacho de nombre Antonio, poseedor de cuatro falanges en el dedo meñique. Al ser una característica de origen extraterrestre, el sagaz Antonio aglutinó unas grandes expectativas. 

El pasado verano, gracias al dinamismo de Moisés Garrido, nos dimos cita en Gerena un numeroso grupo de ufólogos entre los que se encontraban Darnaude (E.P.D.), Mateos, Moisés, José Luis Hermida, José Ortiz (E.P.D), Rafael Llamas, Ángel Rivero, Rafael Cabello, José Antonio Barrera, más otros, algunos muy jóvenes. Pasamos una horas nocturnas de agradable tertulia, unos al final de la vida y otros comenzando, pero todos a cuestas con un afán: conseguir desentrañar el misterio de los ovnis. Pepe Ortiz no podrá acompañarnos más. El destino lo arrebató en un carro alado y lo llevó al lugar desde donde la clarividencia entona sonrisas de comprensión ante las desazones terrenales. Desde allí nos mirará complacido al vernos imitar sus anhelos. El haberlo conocido tarde no empaña su personalidad, trotamundos de emisoras junto a su inseparable José Luis Hermida. Borbotes de recuerdos y añoranzas.

Otros amigos de especial relieve para los tres fueron José Luis Hermida y Moisés Garrido, situados en grados muy avanzados de conocimientos ufológicos. Las tomas se cambiaron y comenzamos a aprender de una juventud, relevo de unos seniles aficionados con ideas, digamos, algo trasnochadas. 

A finales de los años 70 se hicieron famosas las “alertas OVNI” organizadas por Antonio José Alés, irrazonables, condenadas a un espectacular fracaso, pero aglutinaron y sirvieron para la mentalización de algunos y cambiaran impresiones bajo la bóveda celestial. Y, claro queda, para mantener Alés el programa. Las Cañadas del Teide y El Garraf en Barcelona fueron escenarios fallidos donde ávidas multitudes confiaron en ver ovnis a granel.  Mi admirado periodista Gómez Marín acertaba: «El hombre consume mito como consume oxígeno es un animal mítico, decía Emst Cassirer, y no me cansaré de repetir, alimenta la grisura de su cotidianeidad con el flamboyán abrasador de la maravilla».

Aquellos sentimientos experimentados en mi juventud y descritos como de ‘locura social’ fueron rubricados, y de aquí para allá comenzamos a conocer testigos con sus insólitos testimonios. «Joaquín, a este ritmo se nos presenta un objeto en el patio de nuestra casa y nos piden una invitación para cenar…». No sé, y puesto a elucubrar, tal vez la irradiación de unos potentes deseos en la flor de la juventud fueron recogidos por algunas entidades semejantes a seres espirituales bíblicos o esbirros del propio Satanás ¡vayamos a saber! Pero responde a los cánones clásicos, longeva trayectoria del bien y del mal.

Se nos acabaron aquellos mediodías en la antigua Cantina ante unas jarritas de cervezas, tiempos diferentes de juventudes inquietas. Sin embargo, su taller, salpicado de antiguas herramientas y otras reliquias lugar de tantas confidencias ufológicas no perdió actividad. Hasta el final de su vida usó el internet y albergó la presencia de amigos para debatir inquietudes, tanto sociales como políticas. Unos de sus fieles, José Antonio Panduro, sufrirá durante algún tiempo la marcha de Joaquín, lúcido hasta el final, apasionado en otras realidades más allá de esta donde la materia esconde el bullir de átomos en equilibrios. Ahora, alguna sonrisa le brotará al vernos atareados en los vaivenes mundanos.   

(Por Manuel Filpo, Sevilla, 03-06-20)

IN MEMORIAM DEL UFÓLOGO JOAQUÍN MATEOS NOGALES

No queríamos hacernos a la idea, pero el fatídico momento llegó... Ayer, una hija de Joaquín Mateos Nogales nos avisaba del fallecimiento de su padre. Tenía 91 años. Frente a la tristeza de haber perdido a un gran amigo, a alguien que conozco desde hace más de treinta años, me queda el consuelo de saber que tuvo una muerte dulce, rápida, digna, sin sufrimiento, en su casa y rodeado de sus seres queridos. Fue siempre muy feliz, con su gran familia, sus buenos amigos y su única pasión: el fenómeno OVNI.  

Joaquín ha sido uno de los pioneros de la ufología andaluza. Desde su localidad sevillana de Gerena, enclavada en pleno Aljarafe, ha llevado a cabo una infatigable labor como 'ufólogo de campo', habiendo recogido numerosos testimonios OVNI, incluyendo aterrizajes y observación de humanoides. Su interés por la ufología comenzó en los años 50. Ha pertenecido a diversos grupos ufológicos y ha mantenido contacto con numerosos ufólogos a nivel nacional. Con su fallecimiento, se nos ha ido otro nombre destacado de la primera generación de ufólogos.

Como es natural, hemos querido rendirle un pequeño homenaje. Para ello, hemos subido un vídeo a nuestro canal de YouTube 'Videoteca de lo Insólito', conteniendo grabaciones inéditas conservadas en nuestros archivos. Son momentos inolvidables que hemos vivido con Joaquín en compañía de otros colegas ufólogos. Se trata de una compilación de grabaciones realizadas entre 1993 y 2011. Tenemos muchas más grabaciones personales, pero creemos que con este vídeo, cuya duración es de casi una hora y cuarto, aquellos que no tuvieron la oportunidad de conocer al bueno de Joaquín puedan percibir su entrega hacia el estudio e investigación del fenómeno OVNI.

Joaquín fue un buen hombre, cercano y generoso; y un ufólogo comprometido y honesto. Siempre permanecerá en nuestra memoria...   


(Por Moisés)