La Virgen
me ha hablado cuatro veces en El Palmar de Troya, lo cual es un privilegio. La
primera vez fue a través del vidente Pepe
Cayetano. La segunda ocasión fue a través de Rosario Arenillas. La tercera, a través de Antonio Manzano. Y la cuarta, a través de Manoli Soto. En las tres primera ocasiones, la Virgen me instaba a
propagar por todo el mundo los mensajes que, con mi grabadora y cámara de vídeo,
estaba grabando in situ. La última
vez, en cambio, me regañó al decirme que no le gustaba que grabara sus
mensajes. Eso sí, me regaló un rosario que "bendijo" especialmente para
mí. De mi ateísmo, sin embargo, la Madre de Dios no dijo ni pío. Quizá no tenía poder para saber
tanto. O tal vez no le importaba mucho, no lo sé. Curiosamente, a los tres primeros
videntes no les molestaba ser grabados en el momento de sus éxtasis. La
cuarta, Manoli, se oponía totalmente. Que la Virgen tuviera la misma opinión que
sus respectivos interlocutores resulta ya de por sí bastante sospechoso. De todos modos,
contradicciones celestiales aparte, lo cierto es que no creo que la Virgen se hubiese
dirigido a mí en ningún momento, del mismo modo que no creo que se haya
dirigido a nadie en esas 22.000 apariciones
marianas que han ocurrido, o eso dicen, desde los orígenes del cristianismo
(incluso estando María aún viva, si creemos en la visión del apóstol Santiago en
el año 40 d.C.).
Lo de las
apariciones de El Palmar —surgidas en marzo de 1968— tiene su miga. Todo
comenzó como cualquier supuesta manifestación de la Virgen que se precie: las niñas, la figura
celestial y luminosa, los éxtasis, los mensajes, las curaciones, la danza del
sol... Hasta que llegaron los videntes adultos y la armaron. Sobre todo, el joven
contable Clemente Domínguez Gómez,
de 23 años. Él y su colega Manuel Alonso
Corral, abogado de profesión, convirtieron la finca de La Alcaparrosa —lugar exacto de las apariciones— en un circo milagrero. Clemente, durante sus arrobamientos místicos, se tiraba al suelo, abría los brazos en cruz y lanzaba amenazas celestiales contra diestro y siniestro, anunciando que Dios Padre está cabreadísimo con la pecadora raza humana. Mientras, la multitud oraba, lloraba y se santiguaba. Una estampa típica de la
Andalucía profunda. Tanto fue así que, al ver que les llovía dinero casi milagrosamente (compraron la finca a la familia Urquijo con los 16 millones de pesetas que les donó una rica baronesa), quisieron montar una especie de Vaticano,
construyendo una ostentosa basílica y con papa propio, que no podía ser otro sino el carismático e histriónico Clemente (también era un "pelín" exagerado, como cuando dijo que durante una estigmatización salió de su costado nada menos que dieciséis litros de sangre). Para sentarse en la silla papal, eligió el nombre
de "Gregorio XVII". No es
de extrañar que Gonzalo Torrente
Ballester llegara a afirmar que "el
caso de El Palmar de Troya no es dramático ni trágico: es simplemente
grotesco". Los derroteros que tomó esta historia o historieta —en concreto, la Iglesia Palmariana, que es como se conoce—
fueron delirantes. El tufillo ultraderechista que desprendían los mensajes y sermones clementinos se
materializó con la elevación a los altares de Francisco Franco, Primo de Rivera,
Carrero Blanco, Escrivá de Balaguer, Calvo
Sotelo y otros personajes de la dictadura. Clemente y su séquito —cardenales, obispos, sacerdotes y
monjas— fueron inmediatamente excomulgados por Roma, a través de su nuncio
apostólico en España. Pero ellos siguieron con su misión profética, ya que
venía impuesta desde los cielos, por supuesto (además, como respuesta el papa palmariano excomulgó a Juan Pablo II). En uno de sus viajes
proselitistas, Clemente sufrió un grave accidente de tráfico y perdió los ojos.
Esperó en vano un milagro de la Virgen. "Más vale entrar en el cielo sin ojos, que en el infierno con ellos", dijo resignado. Y es que reconoció que se distraía mucho con los jóvenes novicios. Estando ciego pecaría menos...
Por otro lado, el fin del
mundo, que tanto han anunciado hasta la saciedad, no ha llegado todavía. Ni se
ve que tenga intención de llegar. Solo se salvarían los palmarianos, claro. Guardo centenares de mensajes marianos —la mayoría de corte apocalíptico— recibidos en aquel "sagrado" lugar que tantas veces
he visitado. He mantenido largas conversaciones con los videntes, los seguidores
y, sobre todo, con el padre Félix Arana, sacerdote
claretiano que cayó en las redes de la secta, pero que la abandonó a tiempo tras ver su trasfondo lucrativo y engañoso (este afable hombre, coordinó un grupo con
el resto de videntes que no se sentían identificados con las megalomanías de Clemente, conocido como La Cruz Blanca). Fue una de mis habituales fuentes de información de todo lo que por allí acontecía. Le visité a menudo en su acogedor despacho del Santuario del Inmaculado Corazón de María, sito en la calle Tulipanes 33 de El Palmar de Troya. Sentí su fallecimiento. Supongo que los palmarianos no. Las muertes de Clemente, en 2005, y de Manuel —erigido papa con el nombre
de "Pedro II"—, en 2011, no
entraban en los planes milenaristas y mesiánicos de este grupo integrista. Y
mucho menos, estaba escrito que el actual papa, "Gregorio XVIII" (Ginés
Jesús Hernández Martínez, natural de Puebla de Mula, Murcia), el más
radical de los tres —que ya es decir—, haya decidido abandonar la Iglesia
Palmariana y huir con su amante a tierras granadinas. Asegura que ha perdido la fe (y por lo que se ve, ha recobrado otra cosa: los placeres de la carne). Me he enterado de ello a
través de mi buen amigo Javier Sierra,
que esta mañana me enviaba amablemente un correo electrónico adjuntándome la
noticia publicada hoy mismo en el ABC
de Sevilla.
Bueno, una
anécdota surrealista más que sumar a las muchas que allí se han vivido (como el embarazo por el "Espíritu Santo" de Sor Ramonina). Yo
mismo he protagonizado momentos insuperables desde que visité por vez primera
aquel enclave aparicionista en 1989. Sería para escribir un libro. Uno de ellos lo provoqué yo
mismo en una de las ocasiones en que traspasé la casi infranqueable puerta de
entrada a la basílica (rodeada por un muro de cuatro metros de altura). He sido vigilado más de una vez. Y a veces he tenido que colgarme un
escapulario y llevar un rosario para ganarme la confianza de algunos
palmarianos, que no se fían de una cámara de fotos ni de una grabadora (¡terribles
armas diabólicas!), y menos del que las porta. Así es como he podido conseguir información y que algunas
veces me dejaran hacer fotos y grabar. Resulta que el 2 de febrero de 2008
el sumo pontífice "Pedro II" estaba oficiando misa —tridentina,
por supuesto— y dando la comunión a las monjas palmarianas, totalmente tapadas
(solo se levantaban el velo para tomar la hostia). Era el día de la Candelaria.
Una vez dentro del recinto, saqué mi pequeña cámara digital y sin flash hice
como pude varias fotos por doquier, sin mirar al visor. Pero opté por hacerme
el despistado y me puse a hacer fotos con flash y directamente al pontífice. Me
miró, hizo señas con su mano y mandó a que me expulsaran. Un obispo palmariano
y un vigilante se acercaron hasta mí y me invitaron a salir del recinto. Por
más que intenté convencerlos de que no estaba haciendo nada malo, no entraron
en razones. Al menos, logré mi objetivo, además de tener el honor de ser expulsado
por un papa. Eso no pasa todos los días...
El futuro
de la Iglesia Palmariana es muy
incierto. La crisis ha afectado bastante a los palmarianos en los últimos años, teniendo que
vender muchas de sus propiedades inmobiliarias. Las deserciones han aumentado. Por otro lado, las generaciones jóvenes pasan totalmente
de seguir los rígidos preceptos y las prohibiciones que imponen los
dirigentes de la secta, que tanto ha dividido al pueblo (hasta el punto de que
los palmarianos no se hablan con los que no son palmarianos, lo cual afecta a la convivencia de sus habitantes). Por lo pronto, ya tienen nuevo papa, el suizo Joseph Odermatt (que ha tomado el nombre de "Pedro III"). Con la muerte de los videntes
más carismáticos y el hecho de que los que aún viven se hayan desligado de
todo aquello tras la muerte del padre Félix, aparte de que son octogenarios, poco queda allí ya que merezca la
pena, si es que algo ha merecido la pena alguna vez en aquel tinglado mariano. Una
historia que a estas alturas ya solo puede suscitar un interés de tipo sociológico. Aunque yo añadiría que de tipo psiquiátrico también. Es evidente que el "Arca de Noé apocalíptica", como llamó a su Iglesia Palmariana el papa Clemente, zozobra...
CLEMENTE DOMÍNGUEZ MOSTRANDO LOS ESTIGMAS
CLEMENTE DOMÍNGUEZ SANGRANDO POR EL PECHO
MANUEL ALONSO Y CLEMENTE DOMÍNGUEZ
CLEMENTE DOMÍNGUEZ HOSPITALIZADO TRAS PERDER LOS OJOS
CLEMENTE COMO PAPA "GREGORIO XVII"
EL PAPA CLEMENTE Y LOS SUYOS EN LA FERIA DE ABRIL DE SEVILLA
EL LUGAR DE LAS APARICIONES EN 1968
FIELES VISITANDO EL LUGAR EN 1970
LAS NIÑAS VIDENTES EN ABRIL DE 1968
MANUEL ALONSO CORRAL COMO "OBISPO"
"PEDRO II" (MANUEL ALONSO)
LA BASÍLICA PALMARIANA
"PEDRO II" OFICIANDO MISA EN EL ALTAR DE LA BASÍLICA (02-02-08)
MOISÉS GARRIDO JUNTO AL PADRE FÉLIX ARANA (1991)
EL VIDENTE PEPE CAYETANO (1989)
LA VIDENTE ROSARIO ARENILLAS (1991)
EL VIDENTE ANTONIO ANILLOS (1993)
COMUNIÓN MÍSTICA DE MARIA LUISA VILA (12-10-71)
COMUNIÓN MÍSTICA DE MARÍA MARÍN (15-12-71)
LA "CRUZ BLANCA" A UNOS METROS DE LA BASÍLICA PALMARIANA
"GREGORIO XVIII", EL PAPA QUE HA ABANDONADO LA IGLESIA PALMARIANA
NOTICIA DEL "ABC" (26-04-16)
(Por Moisés)
Fantástico trabajo Moisés, Mi felicitación amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarDiego.
Muchas gracias, amigo Diego. Un abrazo.
Eliminares genial gracias por la informacion, Felix Arana era el hermano de mi abuelo es decir mi tio abuelo, yo recuerdo haber visitado este lugar en ocasiones con mi familia y ahora hago mi arbol genealogico y me gustaria saber mas de el, gracias.
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