El pasado 11 de diciembre, se cumplían treinta y tres años del inicio de una gran mentira ufológica. Todo comenzó con la recepción
en el domicilio de un productor de televisión llamado Jaime Shandera de un peculiar paquete. El envío, sin
remitente y procedente de Nuevo México, era una película en blanco y negro sin
revelar. Al parecer, el film contenía ocho imágenes de documentos sobre la
creación, por parte del presidente de los Estados Unidos Harry Truman, de un comité de científicos y militares denominado "Majestic
12" (también conocido como MJ-12), cuyo
fin era indagar en torno a un supuesto estrellamiento de una nave alienígena y
a la recuperación de sus ocupantes en Nuevo México en el año 1947, aludiendo al
archiconocido estrellamiento de Roswell.
Shandera, quien además de
dedicarse profesionalmente al ámbito audiovisual era muy aficionado a la
ufología, decidió compartir tan impactante información con William L.
Moore y Stanton T. Friedman, dos ufólogos con una dilatada
experiencia en el campo de los "no identificados". "Este es
un documento de alto secreto sólo para ser leído, que contiene información
clasificada, esencial para la seguridad nacional de los Estados Unidos", rezaba un fragmento de
este informe datado el 18 de noviembre de 1952 y que iba dirigido al recién
electo presidente Dwight Eisenhower.
En él aparecían los nombres y cargos de militares, políticos y científicos
implicados en el asunto, así como la firma de Harry Truman avalando el
comité. Precisamente, sería la rúbrica presidencial y la biografía de
algunos de los miembros del MJ-12 lo
que haría dudar de su autenticidad a algunos investigadores, aunque no fueron
los únicos elementos que pusieron en tela de juicio este caso.
Indagando en torno al
documento, Phillip Klass periodista y escéptico ufólogo
norteamericano, cayó en la cuenta de que la firma del presidente había sido
copiada de una carta enviada por Truman al científico Vanevar Bush, en 1947. Por otro lado, la tipografía de las letras
que aparecían en los documentos se correspondía a una máquina de escribir
fabricada en el año 1963, con lo que la fecha de envío del documento no coincidía
con la fecha real de su creación.
Donald Menzel,
profesor de Astrofísica de la Universidad de Harvard, si bien negaba
oficialmente el fenómeno OVNI, pertenecía a este "selecto" grupo,
aunque según indagaciones hechas por el propio Friedman, no solo poseía una "acreditación de Alto Nivel"
de la CIA, sino que además había colaborado para diversos proyectos
gubernamentales.
"Había realizado
trabajos consultivos de muy alta clasificación para muchas corporaciones
importantes de Estados Unidos, mantuvo estrechas relaciones con otros
científicos del MJ-12, y asesoró al gobierno en muchos proyectos secretos.
Incluso había viajado a Nuevo México entre 1947 y 1948 por cuenta gubernamental",
comenta el escritor e historiador Juan José Sanchez-Oro en El Pacto. Reptilianos y Gobiernos. Un mito
contemporáneo, obra desmitificadora en la que, entre otros asuntos, alude
al MJ-12.
Sin embargo, los propios
ufólogos que en primera instancia se hicieron eco de estos sorprendentes
documentos, es decir, Shandera, Stanton y Moore, también han sido objeto de
debate. Para Moisés Garrido, no hay duda de que William L. Moore
actuó de forma ambigua movido por intereses personales. Moore, además de haber
sido coautor junto a Charles Berlitz
de dos libros "con claros fines manipulativos": El
Incidente (primer libro sobre Roswell) y el Experimento
Filadelfia: Proyecto Invisibilidad, su relación de conveniencia con el
agente Richard Doty le delataba como
intoxicador. "Recordemos que Moore confesó, durante el Annual
MUFON UFO Symposium celebrado en Las Vegas en julio de 1989, haber colaborado
con un oficial de inteligencia llamado Richard Doty, quien le proporcionó
informes secretos a cambio de difundir información falsa entre los ufólogos con
el objetivo de intoxicar a la opinión pública", asegura Garrido
en Ovnis. Del espacio exterior al espacio interior, obra en la que
hace una reflexivo análisis sobre la ufología y la esquiva naturaleza del
fenómeno OVNI.
Llegados a este punto, cabe
preguntarse: ¿Por qué tomarse tantas molestias en semejante labor
desinformadora que implicaría a diversas personas de varios estamentos civiles
y militares? Quizá, la respuesta más lógica sería la de servir de
tapadera a otros asuntos más terrestres y secretos. "Bajo el nombre de
Proyecto Hermes, los EEUU lanzaron varios cohetes tripulados por monos. Según
Grégory Kennedy —que fue director del Museo Americano del Aire y del Espacio,
del Instituto Smithsoniano— entre junio de 1947 y junio de 1948, se efectuaron
cuatro lanzamientos de V-2 con monos vivos en su interior , aseguraba
el periodista y escritor Javier Sierra
hace unos años, tras estudiar concienzudamente este asunto. Plantea que, quizá,
uno de estos objetos pudo haber sido el que se estrelló en Roswell y, dado el
secretismo de dicho proyecto, se prefirió lanzar una cortina de humo con el
pretexto alienígena para desviar el origen real del estrellamiento. De hecho,
esta hipótesis también fue defendida por miembros de la organización Ground Saucer Watch, quienes pudieron
comprobar que un supuesto alienígena calcinado que aparecía en una foto, se
trataba en realidad de un mono.
Pese a dichas indagaciones, a
día de hoy muchos interesados en el fenómeno OVNI creen que tanto los
documentos del MJ-12 como su
contenido son totalmente fidedignos. La cantidad de material que surgió para
hilar esta mentira y las veces que esta historia se ha contado como cierta, han
pesado más que las pruebas que se han presentado en su contra, y es que como
decía el tristemente célebre Joseph Goebbels, jefe de la
campaña propagandística de Adolf Hitler, "una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad".
Y tenía razón.
(Por Claudia)
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