Carl G. Jung afirmó: "Cada uno de
nosotros proyecta una sombra tanto más oscura y compacta cuanto menos encarnada
se halle en nuestra vida consciente. Esta sombra constituye, a todos los
efectos, un impedimento inconsciente que malogra nuestras mejores
intenciones".
La sombra... Ese lado oscuro
y lúgubre que todos los seres humanos poseemos. La sombra actúa como si fuese una fuerza maléfica surgida de lo más
profundo de nuestro ser. Y utiliza diferentes disfraces. Miremos a nuestro
alrededor, pongamos los informativos, leamos la prensa, asistamos a una reunión
familiar o de amigos... Discusiones con los compañeros de trabajo, en la barra
de un bar, entre vecinos, en las redes sociales... A cada instante, la sombra acecha, reclama la atención,
busca desesperadamente manifestarse... Y no resulta fácil controlarla. La ira,
la soberbia, el orgullo, el odio, la avaricia, la megalomanía, los celos, la envidia,
la lujuria, la infidelidad, el suicidio, el asesinato... Toda clase de
emociones negativas está potenciada por esa sombra
personal que compartimos los seres humanos. "Cada
uno de nosotros lleva consigo un Dr.
Jekyll y un Mr. Hyde, una
persona afable en la vida cotidiana y otra entidad oculta y tenebrosa que
permanece amordazada la mayor parte del tiempo", sostiene Connie Zweig, psicoterapeuta junguiana.
Jung decía que la sombra resulta
peligrosa cuando no le prestamos la debida atención. Si la ignoramos, se
convierte inexcusablemente en una poderosa amenaza, no solo contra los demás,
sino, sobre todo, contra nosotros mismos. Por eso, es fundamental conocernos
bien y bucear en lo más recóndito de nuestro interior para así descubrir la sombra, asumirla y ejercer un férreo
control sobre ella, evitando que sea ella la que nos controle a nosotros. No
olvidemos, como bien señala el analista junguiano William A. Miller, que lo que vemos en los demás son aquellos
atributos que nos desagradan de nosotros mismos. Se trata de un fenómeno de
proyección. Sin duda, trabajar la sombra
es un acto vinculado con el llamado proceso
de individuación, que tiene como fin la transformación total del individuo,
uno de los fundamentos —y, quizá, el objetivo principal— de la psicología
profunda o analítica. "Si todavía no
has visto al diablo mira tu propio yo", sentenció el poeta sufí Rumi. Y es que todos, aunque no seamos
malvados, cometemos malas acciones. El problema radica en negar nuestra propia
maldad y proyectarla sobre los demás, algo que ocurre con bastante frecuencia. ¿Y
cómo llevar a cabo exitosamente esta particular cruzada contra nuestros demonios internos, esos intrusos
procedentes de nuestro inconsciente?
Quien ha dedicado tiempo a desentrañar esa parte oscura que habita en
nosotros es José Antonio Delgado
González (Madrid, 1972), psicólogo, especialista en psicología junguiana, escritor y
licenciado en ciencias ambientales. Su último ensayo versa, precisamente, sobre
la sombra. Se titula: CÓMO INTEGRAR TU SOMBRA (2015). He
disfrutado mucho con su lectura, porque a pesar de que es un trabajo profundo y
muy riguroso, no peca de tedioso, sino al contrario, resulta bastante ameno, ya
que su autor emplea un lenguaje muy asequible y expone casos a modo de ejemplos,
para comprender mejor cómo la sombra
hace acto de presencia, incluso en situaciones muy cotidianas. La sombra, sostiene Delgado, nos enfrenta a
un auténtico conflicto. No en vano, está constituida por todo aquello que
rechazamos, reprimimos o suprimimos. Puede expresarse en sueños o en
determinados mitos modernos, como el tema OVNI (proyectamos en los
extraterrestres nuestro lado más oscuro y perverso, cosa que observamos en
films de ciencia-ficción como Independence
Day, por ejemplo). Todo aquello que no nos gusta de los demás, es fiel
reflejo de nuestra propia sombra. "La sombra tiene una relación íntima
con lo inconsciente colectivo, en tanto que bajo los dominios de los contenidos
personales de lo inconsciente personal (el subconsciente freudiano) encontramos
los residuos vitales y dinámicos de lo inconsciente colectivo (los
arquetipos)", aclara Delgado. Tomar conciencia de nuestros deseos
reprimidos es, para el autor, lo más significativo en el proceso de integración
de la sombra. De no ser así, "la red de telaraña que crea las
proyecciones de los contenidos de la sombra aísla al individuo del mundo y de
sí mismo. En esa situación la persona vive en un mundo ilusorio, creado por sus
propias fantasías inconscientes y reproduce sus conflictos allí donde va, de modo
que con persistencia se dedica a destruir su propia vida y la de aquellos que
le rodean", explica. Si tomamos conciencia de los contenidos de la sombra, nos resultará fácil caer en la
cuenta de lo que somos capaces de hacer. Comprenderemos entonces lo injustos
que somos, los errores que cometemos y el daño que podemos llegar a hacer a
quienes nos rodean, sin haber sido siquiera conscientes de ello.
José Antonio Delgado analiza en su libro los tres niveles de sombra enumerados por la psicología
analítica: la sombra individual, la
cultural (o nacional) y la arquetípica. Asimismo, se refiere a la sombra proyectada por el estado
islámico en estos momentos. Por otro lado, examina la simbología que subyace en
el Apocalipsis de san Juan, donde puede apreciarse claramente el enfrentamiento
entre la conciencia (el yo) y lo
inconsciente (la sombra). No olvida
referirse al papel que juega Saturno en la astrología y en la filosofía
hermética, ya que siempre se le asoció con lo oscuro, lo infernal, lo destructivo...
Otro capítulo lo dedica a la noche oscura
del alma, estableciendo un lazo entre la vía mística detallada por san Juan de la Cruz y el proceso de
individuación descrito por Jung, cuya culminación es la autorrealización o
completa renovación de la personalidad, una vez que el individuo ha ampliado su
consciencia y ha adquirido un conocimiento veraz de sí mismo y del mundo.
En definitiva, creemos que Cómo
integrar tu sombra —editada por el propio autor— es una obra esencial, de obligada lectura en los tiempos
convulsos que nos ha tocado vivir, donde la sombra,
individual y colectiva, está eclipsando la poca luz que irradiamos los seres
humanos. Ojalá fuésemos todos conscientes de esta poderosa fuerza maligna que
forma parte de nuestra compleja naturaleza humana, para mantenerla a raya y,
entre todos, hacer de este mundo un lugar más luminoso, pacífico y armónico. Si
no hacemos nada por cambiar nosotros mismos, por mejorar nuestros aspectos internos, no esperemos que los demás
cambien. El destino de la humanidad está en juego. Y la sombra intentará por todos los medios tomar sus riendas para conducirnos
a una inevitable hecatombe...
Web del autor: http://www.joseantoniodelgadoescritor.com
Web del autor: http://www.joseantoniodelgadoescritor.com
(Por Moisés)