UN RINCÓN VIRTUAL QUE OBSERVA LA REALIDAD CON OTROS OJOS...

viernes, 24 de noviembre de 2017

VIDEOTECA DE LO INSÓLITO: "UNIVERSIDAD LIBRE DE PARAPSICOLOGÍA" (Barcelona, 24-08-93)

Fue un intento frustrado. Pero el propósito, en principio, era bueno: llevar la parapsicología al ámbito universitario. Por eso, Pedro Carrasco y Antonio López decidieron fundar la Universidad Libre de Parapsicología y Ciencias Afines en Barcelona. En octubre de 1993, comenzaría a impartirse el Máster en Parapsicología Superior. Podrían acceder al mismo, los titulados de Grado Medio o Superior, los que hubieran concluido el B.U.P., los que hubieran superado las Pruebas de Acceso a la Universidad para mayores de 25 años o los que estuvieran en posesión del Diploma de Parapsicología Superior del I.C.P.H.A. (Instituto de Ciencias Parapsicológicas Hispano-Americano). También existía una admisión condicionada, es decir, que podían acceder al programa de estudios de Máster en Parapsicología Superior aquellas personas que superasen una de las siguientes pruebas: un examen de ingreso, que versaría sobre dos áreas específicas: parapsicología y conocimientos generales; o un curso de acceso a la ULIPCA, de 9 meses de duración para los alumnos presenciales y 12 meses para los alumnos a distancia, a cuya finalización con éxito podrían matricularse en el Primer Curso del Máster en Parapsicología Superior.

La iniciativa me pareció muy interesante, además de novedosa en España. Enseguida, me puse en contacto telefónico con Pedro Carrasco y concerté una cita. Me interesaba visitar la sede de la Universidad Libre de Parapsicología y realizarles una entrevista. Quería que me mostraran las instalaciones. Accedió amablemente y quedé en visitarles el 24 de agosto de 1993, aprovechando que estaría unos días en Barcelona.

En nuestro país, se venía realizando desde años atrás cursos de parapsicología por centros no homologados oficialmente. Eran academias privadas que ofrecían cursos, tanto de parapsicología elemental como superior, y que expedían los correspondientes diplomas (carentes de valor oficial). Yo mismo realicé varios cursos de ese tipo, tanto en el I.C.P.H.A. como en otros centros nacionales (I.N.A.P.P.) e internacionales (C.L.A.P.) En esta ocasión, parecía que la cosa iba más en serio, al menos, aseguraban que habían llevado a cabo una solicitud de reconocimiento (nº 6.752) a la Dirección General de Universidades, según lo establecido en el Real Decreto 557/91 de 12 de abril, por el que se establece la normativa aplicable para la creación y reconocimiento de Universidades y Centros Universitarios. Eso atrajo, sin duda, la atención de muchos interesados en estudiar parapsicología bajo un prisma universitario.

Sinceramente, un servidor dudaba de que el proyecto fuese a prosperar, pues hasta entonces, el Estado español no había respaldado los estudios de parapsicología, ya que en nuestros lares no estaba considerada como disciplina académica (aunque conviene recordar que la parapsicología está reconocida como disciplina científica desde diciembre de 1969 por la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias y más tarde por la UNESCO). De todos modos, según ambos responsables, "este es el primer intento serio de consolidar el estudio de la parapsicología a nivel universitario en España".

La sede estaba ubicada en la C/Urgell, nº 154, Ent. 1 y 2. Constaba de 1200 metros cuadrados de instalaciones, que incluían aulas, biblioteca, laboratorio, cabinas de experimentación, salón de actos, etc. Y el profesorado estaba compuesto por varios doctores y catedráticos. También se hallaba en trámite la homologación por parte de universidades extranjeras con cátedras de parapsicología. Todo ello me fue mostrado durante mi visita para poder constatarlo.

Por primera vez, sacamos a la luz un vídeo inédito que grabé durante dicha visita a la sede de la Universidad Libre de Parapsicología y mientras entrevisté a sus directivos. Por supuesto, es un vídeo breve, que no recoge las varias horas matinales que pasé en dicho centro charlando distendidamente con sus responsables y viendo la documentación y el instrumental que aún faltaba por colocar en el laboratorio. Pude comprobar el entusiasmo de Pedro Carrasco y Antonio López. Estaban convencidos de que aquella iniciativa marcaría un antes y un después en el estudio de la parapsicología en España. Ambos, aguardaban con ilusión el momento en que recibirían la aceptación oficial para impartir los cursos. Ese día, compartí con ellos su ilusión, a pesar de mi escepticismo previo. Quise pensar que podía haber alguna posibilidad, por pequeña que fuese. Al final, desgraciadamente, aquello quedó en agua de borrajas...

En el nº 5 de El Ojo Crítico (diciembre 1994), el entonces directivo de la Agrupación Parapsicológica de Puerto Real (Cádiz) y hoy abogado y profesor de Derecho Administrativo Manuel Gómez Ruiz, aclaraba detalladamente que en España los estudios de parapsicología no están homologados a nivel oficial. En su artículo, titulado "Universidades de Parapsicología" en el ordenamiento jurídico, señalaba que "lo único que se ha hecho es constituir nuevas asociaciones profesionales al amparo de la legislación vigente, pero de eso no puede deducirse, ni mucho menos, que los cursos que realicen vayan a ser homologados por el Ministerio competente en materia educativa". Asimismo, admitió que no hay previsiones de que los estudios de parapsicología puedan acceder al ámbito universitario a corto plazo en España. "Todas las ofertas que se anuncian, en este sentido, por rimbombantes que sean sus nombres, no son más que cursillos sin ningún reconocimiento a nivel académico", añadió. En 2009, con ocasión de un artículo que elaboré sobre la historia de la parapsicología, entrevisté precisamente a Manuel Gómez, para saber si la cosa había cambiado en los 15 años transcurridos. Pero su respuesta fue contundente: la posibilidad de que la parapsicología se convierta en una carrera universitaria en España es prácticamente nula. Al parecer, la progresiva armonización de los sistemas universitarios exigida por el proceso de construcción del Espacio Europeo de Educación Superior, iniciada en 1999 con la Declaración de Bolonia, "anula las posibilidades de que la parapsicología pueda ser en algún momento un título de grado". Me aclaró lo complicado que resulta también que se convierta en una materia o asignatura optativa en un título de grado, por lo que como mucho, "cabría la posibilidad de optar al reconocimiento académico de créditos como actividad cultural". Tampoco veía cercano su acceso a dicho ámbito mediante los másteres.

Un vez dicho todo lo anterior, os dejamos ya con el mencionado vídeo... 



PROGRAMA DE MATERIAS EN EL MÁSTER DE LA UNIVERSIDAD LIBRE DE PARAPSICOLOGÍA

(Por Moisés)

jueves, 23 de noviembre de 2017

EN MIS RATOS LIBROS (XXI): "UNIVERSOS PARALELOS" (Michio Kaku)

El génesis narrado en distintas culturas, refleja la preocupación de la humanidad a lo largo de la historia por dilucidar el nacimiento de nuestro Universo. "Al principio de todo solo había oscuridad y Bumba vomitó al sol, a la luna y a las estrellas, dando lugar a la luz", reza un mito africano en torno a esta cuestión. Algunas mitologías orientales nos hablan de que siempre hubo un principio, mientras que otras, como la judeocristiana, aseguran que a partir de la nada surgió todo. Los últimos descubrimientos y teorías científicas parecen apuntar en la misma dirección: una catástrofe de gran magnitud motivó el nacimiento de nuestro universo mientras convivía con otras realidades en un "mar eterno" de universos. "Nuestro universo puede compararse a una burbuja que flota en un 'océano' mucho mayor con nuevas burbujas formándose todo el tiempo. Según esta teoría, los universos como burbujas que se forman en el agua hirviendo,  están en creación continua y flotando en una zona mucho mayor, el Nirvana del hiperespacio de once dimensiones. Un número cada vez mayor de físicos sugiere que nuestro universo surgió realmente de un cataclismo abrasador, el big bang, pero que también coexiste en un océano eterno de otros universos", asegura el físico y divulgador científico Michio Kaku en su libro Universos paralelos, obra publicada en 2011 por la prestigiosa editorial Atalanta.

Kaku nos explica no solo el origen del universo y las teorías que lo postulan, sino que también describe las herramientas tecnológicas y teóricas que han utilizado los científicos en los últimos años para desvelar semejante cuestión, a través de la historia de la cosmología, las paradojas derivadas de las distintas teorías científicas y la teoría de la inflación, la cual nos obliga a considerar el concepto de "múltiples universos" o "universos paralelos" que, aunque parecen más propios de un film de ciencia-ficción, son cada vez más aceptados por la comunidad científica, al menos desde un punto de vista teórico. "Nuestro pensamiento se tambalea cuando nos damos cuenta de que, según esta interpretación de la mecánica cuántica, todos los mundos posibles coexisten con nosotros. Aunque podrían necesitarse agujeros de gusano para alcanzar estos mundos alternativos, estas realidades cuánticas existen en la habitación en la que vivimos nosotros", afirma Kaku. 

Esta obra consta de tres partes. En la primera, Kaku explica los primeros avances en cosmología que finalmente desembocan en la teoría de la inflación del universo tras el Big Bang. En la segunda parte, aborda la teoría del multiverso, la posibilidad de la existencia de agujeros de gusano, así como de la curvatura del espacio-tiempo y la conexión entre estas magnitudes gracias a dimensiones superiores. Razona cómo la teoría de las supercuerdas y la teoría M nos han hecho plantearnos que nuestro universo puede ser uno más entre muchos. En la tercera y última parte, Kaku aborda dos cuestiones que, si bien serán un problema muy lejano en el tiempo para nuestra civilización del siglo XXI, no por ello carecen de interés: por un lado, la gran congelación a la que está condenado nuestro universo, y por otro, expone cómo una civilización muy avanzada podría hacer uso de las leyes de la física para que, en billones de años, pudiese abandonar nuestro universo destinado a un proceso de congelación inminente e ir a otro más cálido y seguro. Gracias a toda la información que están generando los modernos avances científico-tecnológicos, como los satélites espaciales, los nuevos detectores de ondas de gravedad y los colisionadores de átomos, para Kaku, "los físicos tienen la sensación de estar entrando en lo que podría ser la edad de oro de la cosmología. Es, en resumen, un gran momento para ser físico y emprender este viaje cuyo objetivo es entender nuestros orígenes y el destino del universo".

Michio Kaku es físico teórico y divulgador científico, autor de diversas obras sobre el universo, la ciencia y la tecnología de vanguardia, como Más allá de Einstein: La búsqueda cósmica de la teoría del universo (1987), Física de lo imposible: una exploración científica en el mundo de Phasers, campos de fuerza, teleportación y viajes en el tiempo (2008), etc. A través de las mismas, intenta dar una visión más cercana sobre estas cuestiones científicas, explicadas de forma amena y sencilla. Es, además, presentador en diversos programas de divulgación científica y uno de los principales artífices de la Teoría de cuerdas, gracias a la cual podemos comprender mejor el comportamiento de nuestro universo a través de las partículas que lo conforman. Asimismo, imparte clases de Física Teórica en la Universidad de Nueva York, y además tiene una fuerte vocación divulgativa. Por ello, obras como la que recomiendo han visto la luz, para que la ciencia cosmológica sea comprendida por un público mayoritario.


(Por Claudia)

jueves, 16 de noviembre de 2017

40 AÑOS DEL ESTRENO DE "ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE"

Es mi película favorita, la que más veces he visto y la que más me ha influido (es culpable, en gran medida, de mi temprana pasión por el Fenómeno OVNI). Encuentros en la Tercera Fase (Close Encounters of the Third Kind) me sigue emocionando a mis 51 años exactamente igual que cuando la vi por primera vez en el cine a los 11 años. El espectacular film de Steven Spielberg, que se estrenó en Estados Unidos el 16 de noviembre de 1977 (en España el 17-03-78), revolucionó el concepto que hasta entonces tenía el celuloide de los visitantes del espacio exterior. Ya no pretendían invadirnos, como se venía mostrando desde los años 50 en las producciones de serie B. Los alienígenas de Spielberg nos visitan en son de paz. Son nuestros tutores y amigos. Ufonautas en los que confiar. Por supuesto, más que en algunos humanos, sobre todo si son militares, como deja claro el film.

Encuentros —que, según Spielberg, "no es ciencia ficción, es especulación científica"— tiene dos claros componentes: el científico y el místico. Y ambos se complementan a la perfección. El papel de científico lo encarna el actor François Truffaut. Él es Claude Lacombe, un hombre que trata de establecer contacto con los alienígenas. Es un claro guiño al prestigioso astrofísico y ufólogo francés Jacques Vallée (un científico comprometido con la loable búsqueda de lo inexplicado). El lado místico recae en Roy Neary, encarnado por el actor Richard Dreyfuss, testigo inicial de los OVNIs y que, a partir de ese momento, recibe imágenes a nivel mental correspondientes al lugar exacto donde se producirá el encuentro oficial con los emisarios cósmicos. También forma parte de ese lado místico Jillian Guiller (Melinda Dillon), madre de Barry, el niño abducido al comienzo del film. Curiosamente, el contacto entre nuestra especie humana y los seres extraterrestres se produce en una singular montaña de Wyoming: la Torre del Diablo. Ya sabemos el simbolismo que encierra la montaña en nuestro contexto judeocristiano, si recordamos los pasajes del Antiguo Testamento que aluden al encuentro entre Moisés y Yahvé en el Monte Sinaí. El paralelismo no es casual. Los extraterrestres, como ya se encargó de interpretar el psicólogo Carl G. Jung, hacen las veces de modernos "dioses tecnológicos" en nuestro secularizado mundo occidental. Los incomprendidos protagonistas —Roy y Gillian—, como los antiguos profetas y visionarios, se ven menospreciados por familiares y amigos, y obstaculizados por el establishment (en este caso, representado por un gobierno que trata de ocultar las pruebas sobre la presencia OVNI), para así evitar que sus presuntas ideas y experiencias arrastren a posibles adeptos.

Encuentros, sin duda, tiene un trasfondo mitológico: una vez más, lo maravilloso —o numinoso— irrumpe en nuestro mundo para transformarlo, para deconstruir ideas obsoletas y mostrarnos una nueva realidad, más amplia, más fantástica, más sublime (es muy significativa, en este sentido, la escena en la que los científicos extraen un globo terráqueo de su soporte y lo arrastran hasta otro lugar para buscar las coordenadas donde ocurrirá el encuentro; nuestro mundo es, pues, tambaleado, removido de sus cimientos). De hecho, la luz que surge del interior del OVNI en la escena cumbre del final —rodada en dos hangares inutilizados de la base Brookley de la USAF, en Mobile (Alabama)— es una luz sobrenatural. El protagonista (Roy) penetra en ese "otro mundo" con los brazos abiertos y con un rostro beatífico (casi estigmatizado, debido a las quemaduras producidas por el OVNI), igual que un san Juan de la Cruz en pleno arrobamiento místico ante la presencia de lo celestial. Roy no necesita gafas para protegerse de la cegadora luz, a diferencia de los otros astronautas humanos que partirán con él. Él ya es un iniciado. Como bien señala J. P. Telotte en El cine de ciencia ficción (2002): "Dado que el encuentro extraterrestre y su consiguiente contravención de las leyes 'conocidas' y de las tradiciones culturales proporcionan un mecanismo para plantear cuestiones sobre un tipo de alteridad definitiva, las resonancias de lo sobrenatural no parecen por completo fuera de lugar". Para Telotte, en Encuentros nos encontramos con una historia en la que se cree, se acepta y se afirma de forma casi religiosa que los humanos no estamos solos en el universo. Pero más allá de esa cuestión, el film también nos conduce a un encuentro con nosotros mismos, con nuestro universo interior. Es un viaje iniciático hacia el autoconocimiento. Los protagonistas persiguen deseos, sueños, esperanzas... Meditan ahora sobre cuestiones que antes no les importaban. Rompen con sus monótonas vidas pasadas (Roy se ve afectado en su relación conyugal a causa de su impactante experiencia OVNI) y se preparan para una vida que sobrepasa lo cotidiano. Una vida que brinda un sentido de trascendencia y de fraternidad más allá de los intereses mundanos. Un crítico habló de "misticismo pop" al referirse a Encuentros. Y no andaba muy desencaminado. El film, ciertamente, puede considerarse una versión posmoderna del misticismo religioso, como lo es el mundo del "contactismo extraterrestre", tan en boga a finales de los años setenta. Spielberg estaba, pues, muy al tanto de lo que se gestaba en torno al Fenómeno OVNI. Se notaba su enorme interés. "Yo tenía muy arraigado el convencimiento de que alguien nos había visitado en este siglo (...) Era muy aficionado a los OVNIs en los años 70, me interesaba el fenómeno y leía sobre el tema", declaró en una entrevista. De ahí que supiera emplear convincentemente los ingredientes ufológicos en una historia épica sobre el destino del ser humano y su conexión cósmica, haciendo especial énfasis en la importancia de sentirnos como un niño (como Barry, el niño abducido) ante la inmensidad y los misterios del cosmos (también los alienígenas del film parecen niños). "Hicimos la película con un espíritu infantil, creyendo cosas que no tienen ninguna lógica (...) Para mí, temáticamente, Close Encounters habla de niños que abren puertas a preciosas fuentes de luz", confiesa Spielberg.

Precisamente, yo era un niño cuando vi Encuentros. Me impactó. Y desde entonces, ya no volví a observar el firmamento con los mismos ojos... Tomé conciencia de que hay infinidad de civilizaciones esparcidas por el espacio sideral que, a buen seguro, también esperan la llegada de alguna luz misteriosa de lo alto, capaz de ofrecerles respuestas a sus eternas dudas, que serán probablemente muy parecidas a las nuestras.   

UNA DE LAS ESCENAS PRINCIPALES DEL FILM
EL DIRECTOR DE CINE STEVEN SPIELBERG
ESTRENO DEL FILM EL 16-11-77
LOS RADARES DETECTAN UNA PRESENCIA OVNI
ESCENA DEL COMIENZO DEL FILM
BARRY, ANTES DE SER ABDUCIDO 
ASPECTO DE LOS ALIENÍGENAS DE "CLOSE ENCOUNTERS"
EL DR. ALLEN HYNEK, ASESOR DEL FILM, APARECIÓ EN UNA ESCENA 
LA NAVE NODRIZA CORONANDO LA TORRE DEL DIABLO, EN WYOMING
EL INTERIOR DE LA NAVE, SEGÚN LAS ESCENAS AÑADIDAS EN LA VERSIÓN DE 1980 
EL MENSAJE PRINCIPAL DEL FILM: CONCIENCIARNOS DE QUE NO ESTAMOS SOLOS 
 (Por Moisés)

martes, 14 de noviembre de 2017

EN MIS RATOS LIBROS (XX): "GENTE PELIGROSA" (Philipp Blom)

Si me preguntan en qué época me hubiese gustado vivir, respondería que en el siglo XVIII, en plena Ilustración. Y si también me piden que eligiese el lugar, diría que en París. Me fascina el período ilustrado y haber podido conocer a aquellos filósofos que se reunían en el salón del barón Paul Thiry d'Holbach (1723-1789), sito en la rue Royale Saint-Roch de París, el epicentro de la vida intelectual europea. Asistir a algunas de esas reuniones, hubiese sido para mí una experiencia muy enriquecedora. Precisamente, el barón D'Holbach es para un servidor el más importante filósofo ateo de todos los tiempos, sin olvidar, claro está, a mi admirado Epicuro, cuyo pensamiento filosófico tenía como fin la ataraxia. Bastante de epicúreo tenía, por cierto, D'Holbach, quien se convirtió en el principal anfitrión de los sabios ilustrados, reunidos en torno a una buena comida y a vinos finos. ¿Y por qué me atrae tanto este movimiento filosófico y las reuniones que se organizaban en casa de D'Holbach? Por las razones expuestas detalladamente por el historiador Philipp Blom en su magistral obra GENTE PELIGROSA. EL RADICALISMO OLVIDADO DE LA ILUSTRACIÓN EUROPEA (Anagrama, 2012), que elijo para esta nueva entrega de EN MIS RATOS LIBROS. Hay libros cuya lectura es una auténtica gozada. Este es uno de ellos...

Cabe subrayar que las ideas revolucionarias de aquellos hombres y mujeres fueron más allá de la revolución política. Querían a toda costa erradicar el temor y la ignorancia promovidos por la religión, representada por una institución eclesiástica tiránica y decadente. Anhelaban caminar con plena libertad, sin vanas esperanzas de una recompensa post mortem, y comprender con el uso de la razón el lugar que ocupaban en el universo. "El salón de D'Holbach, abierto a espíritus afines todos los jueves y domingos, ofrecía unas condiciones ideales a los ilustrados radicales (...) Los amigos de D'Holbach podían poner a prueba sus ideas, debatir sobre cuestiones filosóficas y científicas, leer y criticar nuevas obras. Diderot, uno de los más grandes conversadores del siglo, estaba en el centro de todas las discusiones (...) Los pensadores de la Ilustración radical querían cambiar la manera general de pensar, y a tal fin estaban obligados a intervenir en el debate público, cosa que hicieron, indirectamente en la Encyclopédie de Diderot, un caballo de Troya en veintiocho volúmenes cargados de ideas subversivas", escribe Blom en la introducción de su ensayo.

Como en toda reunión que se precie, no siempre reinó la avenencia... En aquel ambiente, en el que se hablaba de filosofía, ciencia, historia, literatura y arte (y, en ocasiones, de política), se produjeron también algunas discusiones un tanto exasperadas. Rousseau, con su agrio carácter, sus paranoias e injustificados celos —sobre todo, hacia el carismático Diderot— era el más proclive a pelear con todo el mundo. Siempre creyó que los demás conspiraban contra él, algo propio de quien se cree el centro del mundo. Terminó por romper con el grupo. La Mettrie, por su parte, fue bastante radical en sus ideas materialistas, como se encargó de demostrar en su ensayo Historia natural del alma (1745). Consideraba que nos gobernaban únicamente las leyes naturales. La mayoría de filósofos eran deístas, pero según él, no hay Dios, ni alma, ni vida después de la muerte, ni nada que se salga de lo estrictamente biológico. Nuestra existencia se fundamenta en una lucha por la supervivencia, adujo. "No nos perdamos en el infinito, no estamos hechos para tener ni la más mínima idea de él; nos es absolutamente imposible regresar al origen de las cosas (...) ¡Es una locura torturarse tanto por algo que sabemos que es imposible, y que ni siquiera nos haría felices aunque pudiéramos adentrarnos en ello hasta el fin!", manifestó. Voltaire, que era bastante anticlerical, combatió sin embargo las ideas ateas, defendiendo la utilidad de la idea de Dios para conducir al pueblo, algo que producía crispación entre los filósofos ateos.

Pero al margen de sus diferencias, les unía un proyecto común: luchar contra la funesta fe religiosa —que tanto ha alimentado el miedo y la superstición a lo largo de la historia—, avivar la llama del conocimiento científico y apoyar a toda costa el ambicioso proyecto liderado por Diderot y el matemático Jean Baptiste d'Alembert: La Encyclopédie. "El proyecto de la Encyclopédie estaba destinado a ser un ariete que sacudiría los cimientos de la época. Diderot todavía no podía saber que le ocuparía la mayor parte de su vida activa, más de un cuarto de siglo, y que terminaría abarcando diecisiete volúmenes con un total de dieciocho mil páginas y más de veinte millones de palabras, y once volúmenes con unos mil novecientos espléndidos y detallados grabados, pero ya era consciente de que se trataba de una idea ambiciosa que podía decidir su destino literario", explica Blom. En aquella especie de "Wikipedia" del siglo XVIII —con sus 71.818 artículos distribuidos en 18.000 páginas— se compiló todo el conocimiento de la época, gracias a la participación de tantos ilustres pensadores. D'Holbach, poseedor de una extraordinaria biblioteca científica, contribuyó con más de tres mil artículos. Gracias a su fortuna, también apoyó económicamente semejante empresa. Su generosidad se vio asimismo reflejada en las reuniones que organizó en su propia mansión, donde el menú era siempre muy exquisito. Todos los asistentes se marchaban satisfechos, tras horas de tertulia y de buen yantar. Las mentes más brillantes de París asistieron al salón de D'Holbach. Los científicos presentaban allí mismo sus investigaciones y descubrimientos. Los filósofos, por su parte, leían sus artículos. Posteriormente, se abría un debate. Las ideas que allí brotaron se proyectaron a toda Europa. También participaron mujeres como Sophie Volland y Louise d'Épinay. "Si a mediados de la década de 1760 existió algo que pudiera llamarse feminismo, los amigos de la rue Royale estuvieron entre sus máximos exponentes", subraya Blom. Y es cierto. D'Holbach, de hecho, consideró que las diferencias de logros entre hombres y mujeres eran por culpa de una educación deficiente y represiva. Diderot dedicó un ensayo sobre la cuestión titulado Sobre las mujeres (1772), donde expuso las desigualdades entre ambos sexos e intentaba ofrecer soluciones. "He visto a mujeres honestas estremecerse de horror cuando se les acercaba el marido; las he visto meterse en la bañera sin creerse nunca lo bastante limpias de la suciedad del deber [conyugal]", escribió. Sí, aquellos filósofos ilustrados fueron los primeros que lucharon por la igualdad entre hombres y mujeres, culpando a la Iglesia de la represión sufrida por el sexo femenino durante siglos, al promover el patriarcado e inyectar en ellas un enfermizo sentimiento de culpa.    

En definitiva, Blom nos ofrece en Gente peligrosa datos sumamente esclarecedores sobre las biografías y convicciones intelectuales de estos grandes hombres que navegaron contracorriente y que marcaron una época de esplendor. Ya nada fue como antes, gracias a la enorme aportación de este grupo de filósofos que erradicó el oscuro régimen anterior, para implantar una moral sustentada en el respeto al prójimo, alejada de dogmas religiosos y tiranías eclesiásticas, solo con el conocimiento científico y la reflexión filosófica como estandarte. La teología, había quedado reducida casi a escombros. "Hacer el bien, conocer la verdad, eso es lo que distingue a un hombre del siguiente. El resto es nada. La vida dura tan poco, sus necesidades reales son tan escasas, y una vez que uno se va, importa muy poco si fue alguien o nadie. Al final, lo único que necesitamos es un retal sucio y cuatro tablas de madera de pino", aseveró Diderot.

Así fue cómo estos audaces sabios, entre los que también se encontraban Hume, Helvétius, Buffon, etc., fundaron una nueva moral basada en valores naturales. La castrante y opresora moral religiosa había sido desenmascarada. El Sapere aude! triunfó tras una ardua batalla. Se podía vivir una vida virtuosa sin necesidad de Dios. Era lo que reclamaban aquellos representantes de la élite intelectual del siglo XVIII —"gente peligrosa" para el establishment religioso—. "Las leyes naturales son la única autoridad a la que tenemos que someternos; las respuestas a todos nuestros males radican en comprender y obedecer las leyes del universo físico, no en crear 'quimeras de la imaginación'", sostuvo D'Holbach.

Si desea saber qué ocurrió exactamente en aquel Siglo de las Luces, cuya influencia ha sido crucial en el desarrollo de la ciencia y su papel en la sociedad contemporánea, no deje de leer Gente peligrosa. Podrá usted estar en desacuerdo con el radicalismo de ciertas ideas materialistas propugnadas por los filósofos ilustrados —cierto es que la historiografía dominante, influida por el idealismo cristiano, se ha encargado de desvirtuarlas y de estigmatizarlas—, pero no podrá negar que contribuyeron extraordinariamente a la difusión del saber, a la consolidación de las libertades, a la deconstrucción de la religión y a la reivindicación del hedonismo social. Ellos enseñaron a pensar libremente para vivir libremente. D'Holbach lo resumió así: "Aprended el arte de vivir feliz".


(Por Moisés)

lunes, 6 de noviembre de 2017

"GUERRA EN EL ESPACIO" (Moisés Garrido, Enigmas, Nov'17)

Este mes, la revista ENIGMAS me publica un artículo que lleva por título: "GUERRA EN EL ESPACIO". En dicho trabajo, expongo las posibles acciones militares en un contexto espacial, desde que en 1983 se iniciara la llamada "Iniciativa de Defensa Estratégica" (o "Guerra de las Galaxias"), impulsada por el presidente norteamericano Ronald Reagan. ¿Acaso sigue en vigor la militarización del espacio? ¿Cuánto gasta EE.UU. en la ofensiva espacial? ¿Qué otros países desarrollan sofisticadas armas espaciales? ¿Hay algún control por parte de la ONU para evitar actividades bélicas de esta índole? De todo ello hablo en dicho artículo. La revista ENIGMAS de noviembre está a la venta en los quioscos de prensa. 

   
(Por Moisés)