David Cuevas (Ciudad Real, 1982) tiene una virtud que pocos periodistas poseen: sabe
efectuar preguntas inteligentes a los entrevistados. Preguntas de calidad y brillantemente
elaboradas. Preguntas que no se quedan en lo superficial y lo anecdótico, sino
que buscan ahondar en el tema abordado para llegar a una verdad. Sabe quién tiene enfrente y sabe qué
hay que preguntarle. Incluso no se corta a la hora de hacer preguntas incisivas e incómodas. Algo muy importante en un periodista que se precie. Por otro lado, Cuevas sabe
documentarse bien. No hay más que escuchar sus extraordinarios programas
radiofónicos, tanto el desaparecido La
sombra del espejo como el aún vigente Dimensión
Límite. No son programas al uso. Los programas de Cuevas desmitifican, denuncian fraudes, exponen públicamente la cara oculta de los temas del misterio y los muchos trapos sucios, y comparten con los oyentes otras perspectivas
más escépticas (por tanto, menos comerciales), algo que no es costumbre en muchos programas y podcasts del misterio que existen en la actualidad, cuyos artífices —recién aterrizados en este mundillo y con más ganas de fama que de buscar la verdad— no tienen la más remota idea de estos temas y por eso invitan a charlatanes,
cuentistas y traficantes de falacias que siguen vendiendo las mismas tonterías
de siempre, repetidas hasta la saciedad. Programas que cuentan con contertulios
habituales que jamás han investigado ni han estudiado nada, y que solo
opinan sin saber y encima lo hacen con prepotencia. El intrusismo y el ego son
dos de los males endémicos del mundillo del misterio. Le honra, pues, a Cuevas poner un
poquito de cordura a estos temas a través de sus programas radiofónicos, huyendo del
sensacionalismo y la falta de rigor que observamos en otros programas, que
solo sirven para desinformar y confundir al oyente neófito. Pero su maestría delante
de un micrófono no es la única virtud de la que goza Cuevas. Ha cultivado otras, como
escribir. Y lo hace francamente bien. Y, para colmo, en sus artículos y libros siempre
aporta datos novedosos, abre nuevas vías de investigación y revela casos
recogidos de primera mano, lo cual se agradece. ¡Y cita fuentes! (detalle
fundamental que muchos periodistas y escritores olvidan). Por eso, he
disfrutado tanto con la lectura de su libro Dossier
de lo insólito (Luciérnaga, 2016).
Su contenido es una gozada para cualquiera que desee profundizar en
temas paranormales, ufológicos e incluso criminológicos, tres ámbitos que a
veces están más interconectados de lo que podemos sospechar. Su ensayo, que se
permite la chulería de estar prologado por tres grandes como Lorenzo
Fernández, Manuel Carballal y Miguel Blanco, es una invitación al
periodismo de verdad, a ese que da preferencia a tres objetivos fundamentales:
1) La búsqueda incesante de información; 2) Examinar con lupa cada caso; y 3) Contrastar
los datos... Y Cuevas, licenciado en Ciencias de la Información por la
Universidad Complutense de Madrid, lo hace magistralmente.
Conozco a Cuevas desde hace una década y hemos compartido muchos ratos
de tertulias en Huelva, Sevilla, Madrid, Guadalajara y Alicante, intervenciones en programas
radiofónicos y hasta fortuitos encuentros con testigos OVNI. Y no puedo más que admirar la pasión
que le pone a lo que hace. Y también aplaudo su honradez. Lo suyo es vocación. Es una filosofía de vida. Y eso
es su sello de autenticidad. Porque si te dedicas a estos temas, no puedes
echarle un rato cada semana. O te metes a fondo, o te dedicas a otra cosa. Estos
asuntos son muy complejos y te tienes que preparar bien. Y Cuevas se lo curra.
Está muy documentado, maneja muchísima información, es un ávido lector, sabe
muy bien discernir cuáles son las fuentes fiables de las que no lo son, y ha
sabido hallar el camino correcto para evitar tropezarse, pues estos temas son
muy resbaladizos, y no resulta fácil caminar entre ellos.
En definitiva, su libro es un fascinante viaje por el misterio... Las Hurdes, la Santa
Compaña, la ouija, las caras de
Bélmez, el caso UMMO, historias de poltergeist,
fantasmas, OVNIs... Y entrevistas, muchas entrevistas a testigos y expertos. Por
sus páginas desfilan desde Jacques
Vallée, influyente precursor de la paraufología,
hasta Enrique López Guerrero, el reaccionario párroco de Mairena de Alcor (Sevilla), la primera persona en desvelar a la
prensa la existencia del affaire
UMMO. Además, Anne Germain y Jordán Peña son merecidamente juzgados
por tantos engaños cometidos, cada uno desde su parcela particular.
Si tengo que reprochar algo
a Cuevas, y lo hago con todo el cariño del mundo, es que no se moja —o casi apenas lo hace— a la hora de decantarse por
una o varias hipótesis ante lo paranormal y lo ufológico. Y se lo he dicho
algunas veces. ¿Por qué esa excesiva prudencia? ¿A qué teme? ¿Acaso posibles
críticas? ¿O aún no se ha parado a meditar tranquilamente sobre la naturaleza
de tales anomalías? Un poco más de filosofía, al margen del buen periodismo, es
necesaria, porque, pese a su juventud, Cuevas ya lleva una larga y fructífera
trayectoria, y eso hace convencerme de que maneja ideas propias sobre el origen y la
naturaleza de estos fenómenos. ¿Quién que esté metido en estos temas no defiende
alguna hipótesis sobre las demás? ¿Quién no dice abiertamente si cree o no cree en una vida postmortem, si los OVNIs son o no son extraterrestres, si nuestra mente es capaz de sintonizar con otras realidades alternativas, si estamos ante fenómenos aún desconocidos por la ciencia actual o si todo es fruto de un engaño de nuestros sentidos? Es imposible mantenerse al margen, cuando has
entrevistado a numerosos testigos, has visitado tantos enclaves marcados por lo
extraño o has vivido a veces episodios más o menos inexplicados. Espero
que en su próximo libro deje a un lado esas reticencias, sea un poco más valiente, saque a la luz sus reflexiones personales y exprese abiertamente sus propias conclusiones sobre lo anómalo, aunque sean provisionales. Me consta
que es algo que muchos lectores esperan de Cuevas. Por lo demás, que siga así,
ofreciéndonos buenas raciones periodísticas. Por eso, me atrevo a asegurar que Cuevas es uno de los grandes periodistas que tenemos en nuestro país, además de ser uno
de los principales referentes de la divulgación del misterio. Dossier de lo insólito lo avala sobradamente.
OLIVIA BATUECAS, CLAUDIA M. MOCTEZUMA, DAVID CUEVAS Y MOISÉS GARRIDO (16-09-16) |
(Por Moisés)
Una buena forma de expresar que se siente cuando se lee un libro bien documentado... Gracias por exponernos la formula en la que hay leer a David Cuevas. En cuanto a mojarse o no.., yo también la he tenido en algunas ocasiones con todo el cariño del mundo. SAludos para todos.
ResponderEliminarComparto tus palabras repletas de cariño y respeto. Te deseo lo mejor para tus nuevos proyectos, pues tú eres un gran referente en este mundo de lo insólito y lo que es más importante una gran persona. Un abrazo Moisés.
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