In memoriam
La parapsicología española está de luto. Ha fallecido uno de sus máximos exponentes: Ramos Perera Molina (Valencia, 1939). Anteayer, José Juan Montejo, Enrique de Vicente y Javier Sierra me confirmaron la fatal noticia vía WhatsApp. El pasado 21 de marzo, su esposa Mary Carmen me informó de que Ramos estaba muy enfermo, razón por la que no respondía a mis mensajes. Le deseé pronta recuperación, pero lamentablemente no ha sido así. Sentimos mucho su muerte. Su legado en el campo de la parapsicología jamás será olvidado. Ahí quedarán para el futuro sus investigaciones, sus artículos, sus libros y sus amenas conferencias y entrevistas en diversos medios. Su honestidad intelectual y su olfato detectivesco están fuera de toda sospecha. Ojalá contásemos con más investigadores como él en un campo tan dado a la picaresca.
La labor de Ramos al frente de la Sociedad Española de Parapsicología desde que, con todo su empeño, la fundó —fue aprobada por la Dirección General de Política Interior el 17 de septiembre de 1973—, ha sido encomiable. “Deseamos que la SEP sea un generoso albergue intelectual y un eficaz vehículo para estimular y difundir el estudio científico de la parapsicología”, manifestó en la revista Karma.7 (nº 12, nov. 1973). Y ese ha sido el espíritu que siempre ha caracterizado a esta entidad decana en España en la investigación de lo paranormal.
Desde el principio, Ramos tenía muy claro su objetivo: examinar los presuntos fenómenos parapsicológicos bajo un enfoque riguroso y desmitificador, intentando esclarecer la naturaleza de los mismos y luchando contra los fraudes, tan abundantes en este resbaladizo terreno. Su libro Uri Geller al descubierto (1975) —que tanta polémica suscitaría—, demostró que Ramos no estaba en la parapsicología para defender falacias, sino para erradicarlas.
De hecho, no se cortó un pelo al calificar a Uri de farsante por asegurar que tiene poderes psíquicos, cuando en realidad emplea trucos de ilusionismo. En su ensayo, le dedica estas palabras: “No interpretes este libro como un acto de despecho. No llego tan bajo ni tengo motivaciones tan infantiles, palabra de honor. Me mueve el más sano espíritu de defensa de aquello que estimo digno de mejor suerte —la parapsicología— a la que tú has dañado en este país y en todo el mundo, hasta tal extremo que no confío demasiado en que este libro restaure ni siquiera una mínima parte de los desperfectos”. A lo largo de las páginas del libro, Ramos desvela detalladamente las artimañas de Uri para engañar a la gente, recordando su paso por el programa Directísimo de TVE, haciendo creer a la audiencia que era capaz de doblar cucharas y de hacer funcionar relojes estropeados con sus supuestas capacidades psi. Según Ramos, “Uri Geller no es, ni mucho menos, un vulgar truquista. Todo menos vulgar. En sus apariciones públicas o demostraciones privadas, juega con multitud de factores y elementos, que sabe manejar con precisión (…) Le basta con aprovechar la enorme fuerza de las emociones que él previamente suscita con habilidad, premeditación y acierto”.
También Ramos se adentró en el controvertido asunto de la milagrería popular. En su libro Las creencias de los españoles: La tierra de María Santísima (1990), se encarga de radiografiar el culto mariano, los presuntos prodigios celestiales, las sectas aparicionistas, el negocio de la fe y la iconografía de las vírgenes españolas. Casi nada. “Muchos creerán que el mejor mensaje confirmatorio de la autenticidad de la aparición mariana es el milagro, pero el problema del milagro es que el edificio de los descubrimientos científicos apenas ha cubierto aguas y lo que hoy es milagro mañana puede ser un hecho explicable a la luz del conocimiento positivo, como el pasado se ha encargado de demostrar”, aseveró.
A pesar de su actitud crítica, Ramos reconocía la existencia de las facultades parapsicológicas, aunque con ciertos matices. En la obra colectiva La nueva parapsicología. Introducción a la parapsicología científica (1981), en la que colaboraron destacados miembros de la Sociedad Española de Parapsicología, afirmó que “percepción extrasensorial vendría a ser aquello que los seres son capaces de aprehender de la realidad interna o externa sin intervención de los sentidos. Con ello se estaría prejuzgando algo que me parece, cuanto menos, aventurado: que la información paranormal no procedería de un sentido, aunque éste todavía no estuviese fisiológicamente localizado. Creo que el término se ha difundido tanto —hasta incluso se le conoce internacionalmente por las siglas ESP, de ‘extrasensory perception’— que, aunque no nos guste, habrá que aceptarlo por el uso (…) En todo caso, en vez de ESP se podría hablar de ‘percepción extra-penta sensorial’; es decir, una aprehensión al margen de los cinco sentidos tradicionales. El problema se complica cuando se tiene constancia de la existencia de muchos más sentidos que esos cinco, y también perfectamente estructurados fisiológicamente”. Es interesante resaltar que Ramos consideraba los experimentos de telepatía como “indicios razonables de necesidades muy profundas de comunicación del ser humano”.
Optó, en 1972, por designar a dicho fenómeno informativo como ‘Psi-Comunicación’. Así, precisamente, se titulaba la tesina que, al año siguiente, elaboró en la Escuela Oficial de Periodismo. Como él mismo recordó, su memoria de licenciatura en Ciencias de la Información, presentada en la Universidad Complutense de Madrid, llevó por título: La integración del fenómeno paranormal en las ciencias de la información y de la comunicación: La Psi-Comunicación. Un extenso trabajo de casi 700 páginas. En su opinión, “los fenómenos paranormales constituyeron una forma de comunicación habitual del hombre primitivo, antes de idear la palabra, y algunos seres humanos actuales intermitentemente la utilizan, involuntaria e inconscientemente, para transmitir información psíquica, con preferencia en situaciones dramáticas o de peligro”.
Ciertos experimentos Psi-Omega que realizó a partir de 1973, le llevaron a concluir que “hay sujetos que en un estado alterado de conciencia pueden recibir informaciones de hechos acaecidos en el pasado, desconocidos en el momento de exponerlos”. Todo ello lo fue desarrollando y explicando en varios seminarios de parapsicología que impartió en la Universidad Autónoma de Madrid, atrayendo el interés de profesores universitarios y científicos.
A aquellas clases, asistiría un joven estudiante de Medicina llamado Manuel Berrocal, que sería un destacado miembro de la SEDP (hace años, fue elegido presidente de la entidad en sustitución de Ramos, quien fue nombrado Presidente de Honor; el actual presidente de la SEDP, desde finales de 2019, es Enrique de Vicente).
También en La nueva parapsicología aparece otro capítulo suyo titulado Del aura a la cámara Kirlian, donde aborda la historia del aura, la búsqueda de las energías humanas desconocidas y los métodos de obtención de efluviogramas, aunque aclara que no se obtiene aura alguna, sino que lo plasmado por la placa fotográfica es una doble imagen, “la correspondiente a una emisión fotónica procedente de una región ionizada circundante al objeto testigo, zona denominada ‘campo periónico’; este fenómeno recibe vulgarmente el nombre de ‘efecto corona’, y es perfectamente conocido por los técnicos que trabajan en alta tensión”. Y añade que “el sudor de nuestra mano contiene en disolución multitud de componentes: ácido láctico, potasio, acetilcolina, aminoácidos, etc., en diferentes concentraciones. De modo que la imagen cromática del kirliangrama no es otra cosa que la plasmación grosera sobre sales fotosensibles de este espectro de emisión”.
Si, además, revisamos los ejemplares de Psi-Comunicación, revista oficial de la Sociedad Española de Parapsicología, que vio la luz entre 1975 y 1999, nos encontraremos con multitud de trabajos firmados por Ramos: Fenomenología paranormal en la inspiración artística; La Psi-Comunicación primitiva y actual; Los mundos de lo paranormal y de las creencias desde la Real Academia Española; El curanderismo como forma de comunicación; Espiritismo y Psi-Comunicación; Hipótesis sobre los pisadores de brasa de San Pedro Manrique; El mercado de lo oculto en España; El futuro de la Parapsicología; Sobre el fin del milenio y el fin del mundo; Ritos afrocubanos, etc.
Tampoco podemos olvidar sus artículos y secciones en revistas especializadas. Por ejemplo, en Año/Cero, revista fundada por su buen amigo Enrique de Vicente, tuvo una sección titulada Otras Creencias.
Recuerdo que, en una ocasión, charlando distendidamente por teléfono con Ramos, le pregunté cuál fue su primer artículo sobre parapsicología. Me respondió que un texto titulado Parapsicología: ¿Más acá o más allá de la ciencia?, publicado en la revista Futuro Presente —dirigida por Vintila Horia— en septiembre de 1972. Inmediatamente, busqué dicho ejemplar en Todocolección y por suerte pude localizarlo. Lo adquirí, por supuesto; no podía faltar en nuestros archivos.
Es interesante resaltar que, en los años previos a la fundación de la SEDP, Ramos solía reunirse en la cafetería del Hotel Aristos de Madrid con otros personajes interesados en los temas heterodoxos, algunos de los cuales frecuentaron reuniones organizadas por Fernando Sesma en los sótanos de La Ballena Alegre, en el antiguo Café Lion, y que pertenecieron también a la asociación Eridani. Nos referimos a nombres como Joaquín Grau, José Luis Jordán Peña, Julio Camarero, Exiquio García Carbajo, Antonio Sánchez Arjona, Héctor de Aragón, etc.
Las investigaciones de la SEDP no cesaron desde que se puso en marcha. El entusiasmo de Ramos animaba al resto de miembros y se tomaron iniciativas importantes a la hora de examinar, con el máximo rigor, los presuntos fenómenos paranormales. Les llegaron casos de todo tipo: poltergeist, telepatía, psicoquinesia, sanación, teleplastia, pirovasia… Entre muchas otras historias, analizaron las caras de Bélmez, las presuntas facultades de la paragnosta extremeña Mónica Nieto, la ‘Casa de los Ruidos’, al ‘telepateador’ Laureano Álvarez, las comunicaciones psíquicas de las gemelas univitelinas Marta y Silvia, al profesor Antonio Carretero (el ‘Uri Geller español’), etc.
Por cierto, además de la revista Psi-Comunicación, en el seno de la SEDP se gestó otra publicación: Fenómenos Anómalos, un boletín creado en 1989 y coordinado por Manuel Berrocal, Isabel Blázquez y Javier Sierra. Llegaron a editarse seis números.
Por otro lado, siempre le agradeceremos las palabras de ánimo que nos transmitió a la hora de acometer el proyecto PARADIG+ XXI, considerando que era fundamental nuestra tarea de rescatar documentos escritos, audios y vídeos del pasado para que no se olvide la historia de estas temáticas y, sobre todo, el papel de los pioneros. Asimismo, recordamos sus elogios en Facebook a nuestros libros Credo quia absurdum y Explorando nuevos horizontes, tras leerlos con sumo interés.
También tuvo con nosotros un gran detalle al enviarnos dos cajas grandes (15 kg en total) repletas de documentación histórica relacionada con la secta integrista fundada por el vidente Clemente Domínguez en El Palmar de Troya, caso que también Ramos estudió en profundidad desde sus inicios.
Queremos, por último, expresar nuestra admiración y nuestro más sincero respeto a este gran periodista que contribuyó a esclarecer, con la máxima objetividad, los asuntos fronterizos del conocimiento. Siempre estará muy presente en nuestra memoria. D.E.P.
(Por Moisés Garrido)
Estupendo artñículo
ResponderEliminarMuchas gracias!
Eliminar