Conocí a Antonio Ribera en las II Jornadas sobre
OVNIs celebradas en Vinarós (Castellón). Fue en agosto de 1989. Antes habíamos
hablado unas cuantas veces por teléfono y le había entrevistado en un programa
de radio que un servidor realizaba en R.N.E.-Radio 5 de Huelva. En Vinarós nos
dimos cita las tres generaciones de ufólogos. Supuso para mí un gran júbilo
poder conocer en persona al padre de la ufología, a quien admiraba por todo lo
que aprendía leyendo sus excelentes artículos y libros. Pude constatar que se
trataba de un hombre afable y con gran sentido del humor. Nada que ver con el aire
de superioridad de otros veteranos ufólogos que iban de divos por la vida y que
miraban con cierto desdén a los ufólogos más jóvenes. Enseguida, Antonio y yo cultivamos
una buena amistad. Le encantaba interactuar con los que formábamos la "tercera
generación". Nos consideraba sus "nietos". Era la época de la incesante
correspondencia entre ufólogos y cuando recibía una carta de Antonio, me
alegraba mucho. He aquí un par de misivas suyas en las que me mostraba su cariño.
A personas como Antonio, no es fácil olvidar.
(Por Moisés)
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